Boletín de Situación Internacional del 24 al 30 de noviembre
Introducción
La semana geopolítica ofrece un mosaico inquietante: tensiones interestatales que amenazan con reabrir viejas heridas, redes criminales que evolucionan hasta convertirse en industrias nacionales y movimientos políticos que erosionan los consensos fundacionales de Europa. Desde el Cuerno de África al corazón comunitario, pasando por la economía sumergida del Sudeste Asiático, el tablero internacional muestra dinámicas que ya no pueden interpretarse como fenómenos aislados, sino como expresiones de un mundo en transición sistémica. Los hechos que aquí analizamos —conflictos latentes, criminalidad transnacional, mutaciones ideológicas y fisuras institucionales— revelan una tendencia compartida: la fragilidad creciente del orden global y la dificultad de articular respuestas colectivas en un entorno cada vez más fragmentado.
1. El Cuerno de África al Borde de la Guerra: Etiopía vs. Eritrea
El Cuerno de África vuelve a situarse en el centro de las alertas internacionales. La insistencia del gobierno de Abiy Ahmed en que Etiopía —un país sin salida al mar desde 1993— debe obtener acceso soberano al Mar Rojo como “cuestión existencial” ha reabierto una herida histórica. Lo que nació como una reivindicación estratégica ha derivado en algo más inquietante: la posibilidad real de que el puerto eritreo de Assab se convierta en el casus belli de un conflicto interestatal.
Foreign Policy describe un escenario altamente volátil. Etiopía acusa a Eritrea de conspirar con sectores duros del TPLF para reactivar la guerra civil que devastó el país entre 2020 y 2022, mientras Eritrea rechaza las acusaciones y mantiene tropas en zonas fronterizas que ocupó durante aquel conflicto, ignorando las demandas de retirada.
La relación entre ambos países es un péndulo histórico: aliados contra el Derg, enemigos durante la guerra fronteriza de 1998–2000, reconciliados en 2018 tras un acuerdo que valió el Nobel a Abiy, y hoy de nuevo al borde del abismo.
Chatham House subraya la urgencia de la diplomacia preventiva: una guerra entre dos de los estados más poblados y militarizados del continente sería devastadora para la región y disruptiva para las rutas marítimas del Mar Rojo, ya tensadas por la inestabilidad en Sudán y Yemen.
“El Cuerno de África, y el mundo, no pueden permitirse otra guerra entre Eritrea y Etiopía.”
— Michael Woldemariam y Abel Abate Demissie, Foreign Policy
La reciente cumbre UA–UE reafirmó que la integridad territorial no es negociable, pero la insistencia de Abiy en que la obtención de salida al mar es “inevitable”, incluso por la fuerza, mantiene el termómetro geopolítico en máximos. Lo que está en juego supera fronteras: seguridad regional, corredores energéticos y la capacidad de África Oriental para evitar una nueva fractura sistémica.
2. Camboya: Cuando el Crimen Organizado se Vuelve Industria Nacional
En el Sudeste Asiático, Camboya se ha transformado en un epicentro global del fraude digital. Más de 250 “fábricas de estafas” operan en el país, explotando a más de 100.000 personas traficadas y generando miles de millones de dólares al año.
No hablamos ya de crimen organizado: hablamos de una industria paralela, estructurada y entrelazada con las élites políticas.
Foreign Policy compara su magnitud con una “economía demasiado grande para fracasar”. El DOJ estadounidense ha acusado al asesor del Primer Ministro Hun Manet de orquestar “el mayor fraude de la historia”. The Diplomat define la región como la nueva “capital mundial de la estafa”.
La mecánica del pig butchering combina manipulación emocional, criptomonedas y técnicas empresariales, creando una cadena industrializada del delito.
Los beneficios no flotan en un vacío: se integran en la política de patronazgo que sostiene el régimen camboyano desde el golpe de 1997. El conglomerado Prince Holding Group, dirigido por Chen Zhi —sancionado por EE.UU. y descrito como “el criminal más rico del mundo”— aparece como nodo clave de esta trama, pese a sus desmentidos.
“Bajo la protección del gobierno, una red de más de 250 fábricas de estafas ha echado raíces en todo el país.”
— Jack Adamović Davies, Foreign Policy
La comunidad internacional comienza a reaccionar, pero se enfrenta a un dilema: cuando el crimen se convierte en pilar económico y político, desmontarlo implica desestabilizar el propio régimen. Camboya es hoy un caso de estudio sobre cómo la economía ilícita puede colonizar un Estado hasta hacerlo funcionalmente dependiente.
3. La Extrema Derecha Europea: Del Margen al Palacio
La extrema derecha europea ha dejado de ser un fenómeno periférico para convertirse en un actor estructural. Su éxito actual no se explica por un estallido repentino, sino por una estrategia de profesionalización, moderación cosmética y capacidad de capitalizar el malestar social.
En Alemania, AfD se adentra en un proceso de rebranding. La creación de su nueva organización juvenil, Generation Germany, busca suavizar la imagen del partido y atraer votantes jóvenes. Sin embargo, Politico advierte que la narrativa edulcorada tiene límites y que “la máscara sigue cayendo”, como demostraron las protestas masivas en Giessen contra su congreso.
En Francia, el fenómeno es más profundo. Una encuesta reciente indica que Jordan Bardella ganaría la segunda vuelta de las presidenciales de 2027 frente a cualquier rival. La inevitabilidad percibida ha cambiado inesperadamente el comportamiento del empresariado francés, que según Politico ya no intenta frenar al RN, sino influir en su programa económico.
“A pesar del esfuerzo por suavizar la imagen, la máscara sigue cayendo.”
— Politico
El análisis de Politico sobre la “profesionalización” de la extrema derecha es revelador: dominio de redes sociales, claridad de mensaje, disciplina estética y tácticas populistas adaptadas a la nueva economía del descontento.
Mientras tanto, editoriales como el de The Guardian señalan que líderes centristas como Macron o Merz contribuyen indirectamente a normalizar ciertos discursos, generando el campo fértil donde estos movimientos prosperan.
El debate ya no es si llegarán al poder, sino qué forma adoptará Europa cuando lo hagan y cómo reconfigurarán el equilibrio del Consejo Europeo, el rumbo de la UE y la política exterior del continente.
Lo que se susurra en los Círculos
La politización de la inteligencia en EE.UU.: La comunidad de inteligencia estadounidense se encuentra en el centro de un tenso debate político. Según SpyTalk, altos cargos demócratas, aunque aceptan la veracidad de la inteligencia proporcionada por la administración Trump sobre barcos de narcotraficantes, critican duramente la “politización” de las agencias de espionaje. Esta tensión se ve agravada por las declaraciones del presidente Trump, que ha calificado a algunos de sus oponentes de “traidores”, lo que, según el senador Jack Reed, podría conducir a “acciones letales”, como informa Michael Isikoff para SpyTalk.
Investigación sobre la injerencia rusa de 2016: La investigación del Departamento de Justicia sobre la revisión de la era Obama de la interferencia electoral rusa de 2016 sigue activa. SpyTalk informa que James Clapper, ex Director de Inteligencia Nacional, ha sido citado a declarar, uniéndose a más de una docena de exfuncionarios de la administración Obama en el marco de esta investigación con sede en Florida.
Perfil de un jefe del Mossad: Yossi Melman, en una biografía reseñada por SpyTalk, traza la vida de Meir Dagan, un “despiadado” jefe del Mossad. El libro recorre su carrera desde soldado condecorado hasta convertirse en uno de los líderes de espionaje más temidos de Israel, y no rehúye su conocido y abierto “disgusto” por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Noticias Breves Relevantes
• Suiza rechaza impuesto a super-ricos: En un referéndum celebrado el 30 de noviembre, los votantes suizos rechazaron una propuesta para introducir un nuevo impuesto sobre las grandes fortunas, así como la obligación del servicio cívico para las mujeres.
• Estrategia de minerales críticos del Reino Unido: La nueva estrategia de minerales críticos del Reino Unido es un “ambicioso paso adelante”, pero “necesita un campeón”, según un comentario de Chatham House. La institución advierte que, aunque las ambiciones del gobierno son bienvenidas, se requiere un liderazgo dedicado y apoyo internacional para tener éxito en un mercado global altamente competitivo.
• Fracaso en la COP30: El impulso para crear una “hoja de ruta” clara sobre cómo las economías pueden abandonar los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) fracasó en la cumbre de la COP30, según informa el Financial Times. A pesar del revés, la presidencia brasileña de la cumbre se ha comprometido a dar seguimiento a esta cuestión crucial para futuras negociaciones.
• Tensiones culturales en Taiwán: Un programa de televisión ha logrado dividir a Taiwán, exacerbando las tensiones en torno a la posibilidad de una invasión china, informa Foreign Policy. Este episodio cultural pone de manifiesto las profundas divisiones internas en la isla y la guerra de narrativas que se libra en paralelo a las tensiones militares.
Conclusiones
Los tres grandes focos de la semana —el riesgo real de una guerra entre Etiopía y Eritrea, la consolidación del crimen organizado como estructura económica en Camboya y la profesionalización acelerada de la extrema derecha europea— ilustran un patrón que merece atención: las tensiones actuales no son anomalías, sino señales estructurales de un sistema internacional sometido a presiones simultáneas. El debilitamiento de los marcos multilaterales, la permeabilidad entre élites políticas y redes ilícitas, y la transformación del paisaje político europeo apuntan a un escenario donde los mecanismos tradicionales de contención —diplomáticos, institucionales o culturales— ya no garantizan estabilidad.
En este contexto, la diplomacia preventiva en el Cuerno de África será una prueba crítica para la capacidad de la comunidad internacional de evitar un conflicto interestatal en una región exhausta. El caso Camboyano confirma que el crimen organizado, cuando se fusiona con estructuras estatales, deja de ser un problema doméstico y se convierte en un desafío regional y global. Y en Europa, la normalización de discursos extremistas invita a plantear una pregunta incómoda: ¿estamos asistiendo a un cambio profundo en el contrato político europeo, o aún estamos a tiempo de corregir el rumbo?
En conjunto, estos vectores sugieren un mundo menos predecible, donde la atención, el análisis y la diplomacia —en su sentido más amplio— se vuelven indispensables para anticipar las fracturas que ya se dibujan en el horizonte.



