Boletín Semanal de Situación Internacional
Semana del 1‑6 de julio de 2025
Análisis basado en fuentes especializadas
Por International Relations Forum
Resumen Ejecutivo
La primera semana de julio de 2025 ha estado marcada por evaluaciones contradictorias sobre la efectividad de la Operación Midnight Hammer contra el programa nuclear iraní, tensiones internas en la administración Trump respecto a la política hacia Ucrania, y los primeros desafíos para el orden multilateral emergente en la cumbre BRICS+ de Río de Janeiro. Los análisis de las principales instituciones de política exterior revelan un panorama complejo donde las victorias tácticas militares no se traducen automáticamente en éxitos estratégicos, y donde las inconsistencias de política pueden socavar objetivos declarados.
I. El Debate sobre la Efectividad de la Operación Midnight Hammer
Evaluaciones Divergentes del Programa Nuclear Iraní
El Center for Strategic and International Studies (CSIS) ha publicado el análisis más comprehensivo hasta la fecha sobre el estado del programa nuclear iraní tras los ataques estadounidenses e israelíes [1]. En su estudio “Disentangling the Five Key Questions on Iran's Nuclear Program”, los expertos Mark F. Cancian y Chris H. Park identifican cinco interrogantes fundamentales que revelan la complejidad de evaluar el impacto real de la operación militar más ambiciosa desde el Día D.
La primera pregunta aborda si el ataque militar estadounidense constituyó un logro técnico excepcional. La respuesta de CSIS es inequívocamente afirmativa: «Los ataques fueron una operación cuidadosamente coreografiada y magistralmente ejecutada» [1]. La operación involucró siete bombarderos B‑2 que volaron 36 horas ida y vuelta para lanzar catorce bombas de 30 000 libras con precisión milimétrica contra objetivos en Natanz y Fordow, mientras que un submarino clase Ohio lanzó simultáneamente dos docenas de misiles de crucero Tomahawk contra instalaciones en Isfahan. Los analistas de CSIS califican la operación como posiblemente «la operación militar más compleja y secreta en la historia», comparable en complejidad a los desembarcos de Normandía, pero ejecutable únicamente por Estados Unidos.
Sin embargo, la evaluación del daño real al programa nuclear presenta un panorama mucho más matizado. La campaña israelí de 12 días causó destrucción física significativa, incluyendo la instalación de enriquecimiento sobre tierra en Natanz, las instalaciones para armamentizar materiales nucleares en Isfahan, un reactor nuclear en construcción y edificios universitarios asociados con programas nucleares [1]. Más crítico aún fue lo que CSIS denomina la «decapitación parcial» de las organizaciones militares y nucleares iraníes, con más de dos docenas de comandantes militares y científicos nucleares eliminados, incluyendo a Fereydoon Abbasi‑Devani, ex jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán.
Contradicciones en las Evaluaciones Oficiales
La tercera pregunta del análisis de CSIS expone las contradicciones más evidentes en las evaluaciones oficiales. Mientras el Secretario de Defensa Pete Hegseth afirma estar «decimating… obliterating, destroying» el programa nuclear iraní, un reporte filtrado preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa sugiere que Irán podría tener un arma nuclear en nueve meses [1]. Esta disparidad refleja la dificultad inherente de evaluar daños a instalaciones subterráneas, donde las imágenes satelitales pueden mostrar patrones de escombros y cráteres, pero las conclusiones definitivas requieren acceso directo limitado.
La evaluación de expertos independientes añade otra capa de complejidad. James Acton del Carnegie Institute y Jeffrey Lewis del Middlebury Institute argumentan que, aunque Irán sufrió pérdidas serias, retiene suficiente capacidad para construir un arma en un año [1]. Su análisis sugiere que Irán podría reiniciar sus centrifugadoras supervivientes, construir nuevas centrifugadoras, poner en operación instalaciones no declaradas adicionales y utilizar las reservas existentes de 400 kg de uranio enriquecido al 60 %.
En contraste directo, la Comisión de Energía Atómica de Israel reporta que la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares ha sido retrasada «muchos años», una evaluación supuestamente compartida por el Director de la CIA John Ratcliffe [1]. Esta divergencia fundamental en las evaluaciones profesionales subraya la incertidumbre que persiste dos semanas después del fin de las hostilidades.
Implicaciones Estratégicas de Largo Plazo
El análisis de CSIS identifica efectos psicológicos que pueden ser tan importantes como el daño físico. La demostrada «impotencia iraní, recursos israelíes y alcance global estadounidense» podría impedir los esfuerzos futuros de Irán para reconstruir su programa nuclear [1]. Los asesinatos dirigidos de científicos nucleares podrían disuadir a expertos restantes de trabajar abiertamente por temor a convertirse en objetivos, mientras que la penetración israelí demostrada del establecimiento de seguridad nacional iraní complicará el reclutamiento de nuevo talento para programas clandestinos.
Crucialmente, los ataques han establecido un precedente de que Estados Unidos e Israel tomarán acción militar directa contra el programa nuclear iraní, potencialmente reduciendo las restricciones políticas futuras para el uso de la fuerza militar. Sin embargo, como observa CSIS, la reconstrucción del programa no es solo una cuestión de competencia técnica sino también de decisión política, particularmente dada la necesidad de desviar miles de millones de dólares de una economía iraní ya en dificultades.
II. Inconsistencias en la Política de Trump hacia Ucrania
La Decisión Controversial del Pentágono
El Atlantic Council ha identificado una contradicción fundamental en la política de la administración Trump hacia Ucrania que amenaza socavar sus propios objetivos de paz declarados [2]. John E. Herbst, ex embajador estadounidense en Ucrania y actual director senior del Centro Eurasia del Atlantic Council, caracteriza como «un error serio» la decisión del Departamento de Defensa de detener precipitadamente el suministro de armas críticas a Ucrania.
Los sistemas suspendidos incluyen interceptores vitales para sistemas de defensa aérea Patriot, municiones de artillería de precisión y misiles Hellfire para cazas F‑16 y drones ucranianos [2]. La decisión es particularmente desconcertante dado que muchos de estos sistemas no han sido desplegados por el ejército estadounidense en décadas, ni por otros aliados cercanos, sugiriendo que su retención no aborda genuinamente las preocupaciones sobre las reservas militares estadounidenses.
Contradicción con Compromisos Multilaterales
El timing de esta decisión expone inconsistencias más profundas en la política de Trump. La suspensión de ayuda militar llega días después de la Cumbre OTAN en La Haya, donde Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump tomó la decisión histórica de elevar los gastos de defensa al 5 % del PIB para 2035, específicamente debido a los peligros que la política rusa, incluyendo su agresión en Ucrania, representa para Europa [2].
El comunicado de la OTAN estableció explícitamente que el apoyo europeo a Ucrania contaría como parte de los compromisos de gasto de defensa de los aliados, creando un marco donde la ayuda a Ucrania se considera inversión en seguridad transatlántica. Más contradictorio aún, Trump había prometido personalmente en la cumbre buscar más equipo de defensa aérea para ayudar a Ucrania a lidiar con la intensificada campaña aérea rusa contra civiles.
Cálculos Estratégicos de Putin
El análisis del Atlantic Council revela cómo esta inconsistencia alimenta directamente los cálculos estratégicos de Vladimir Putin. Desde marzo, Trump ha ofrecido varias propuestas a Ucrania y Rusia para establecer un alto el fuego, con un patrón consistente: Ucrania acepta cada propuesta, Rusia dice no [2]. Putin apuesta a su capacidad de continuar operaciones ofensivas y tomar más territorio ucraniano, con la expectativa de que el apoyo estadounidense a Ucrania disminuirá con el tiempo.
Las declaraciones públicas de Putin refuerzan esta estrategia. En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo el 20 de junio, Putin declaró que «el pueblo ruso y ucraniano son una nación, de hecho. En este sentido, toda Ucrania es nuestra», añadiendo que «tenemos un viejo proverbio, una vieja regla: donde quiera que pise un soldado ruso, es nuestro» [2]. Esta retórica maximalista indica que Putin no ve necesidad de comprometerse mientras perciba debilidad en el compromiso occidental.
La reacción del Kremlin a la decisión del Pentágono confirma esta interpretación. Dmitry Peskov, portavoz de Putin, elogió explícitamente la iniciativa del Pentágono, declarando que «cuanto menor sea el número de armas que se entreguen a Ucrania, más cerca estará el final de la operación militar especial» [2]. Esta respuesta demuestra cómo las inconsistencias de política estadounidense son inmediatamente capitalizadas por Moscú para reforzar sus objetivos estratégicos.
Paradoja de «Paz a través de la Fuerza»
Herbst identifica una paradoja fundamental en el enfoque de Trump hacia diferentes crisis internacionales. El «audaz ataque» de Trump al programa nuclear subterráneo de Irán demostró que comprende que «paz a través de la fuerza» es efectiva para lidiar con amenazas como las ambiciones nucleares de Teherán [2]. Sin embargo, el mensaje mixto que su administración transmite a Moscú no refleja este mismo principio, creando una incoherencia estratégica que Putin claramente percibe y explota.
Esta inconsistencia es particularmente problemática dado que Estados Unidos no ha enfrentado un enemigo casi igual desde Corea, y el campo de batalla ucraniano representa el entorno más innovador, dinámico y moderno en la historia militar. En lugar de aprender de las fuerzas ucranianas cómo lograr objetivos militares «más rápido, mejor y más barato», la decisión del Pentágono sugiere una comprensión limitada de las realidades estratégicas contemporáneas.
III. Desafíos para el Multilateralismo en la Era Post‑Occidental
La Cumbre BRICS+ de Río de Janeiro
El análisis de Chatham House sobre la cumbre BRICS+ del 6‑7 de julio en Río de Janeiro revela tensiones fundamentales en el emergente orden multilateral post‑occidental [3]. El Dr. Christopher Sabatini identifica cómo la guerra Irán‑Israel presenta el primer test real para la coalición expandida, que ahora incluye a Indonesia, Egipto, Etiopía, Arabia Saudí, EAU e Irán junto a los miembros fundadores Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Brasil, bajo la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, busca consolidar su posición como líder tanto dentro de BRICS como entre los estados del Sur Global que buscan democratización del sistema internacional [3]. La cumbre forma parte de un ambicioso calendario internacional para Brasil, siguiendo la cumbre G20 de noviembre 2024 en Río bajo el tema «Building a Just World and a Sustainable Planet», y precediendo la COP30 en Belém en noviembre 2025.
Agenda Brasileña vs. Realidades Geopolíticas
La agenda brasileña para la cumbre se centra en temas de consecuencia institucional duradera: la transición energética verde, cooperación en vacunas y expansión del estatus de nación más favorecida a todos los países en la Organización Mundial del Comercio [3]. Estos objetivos son particularmente urgentes dado los movimientos de la administración Trump de terminar la colaboración estadounidense en cambio climático, retirarse de la Organización Mundial de la Salud (llevándose aproximadamente 15 % de su financiamiento) e imponer unilateralmente aranceles en violación de múltiples acuerdos comerciales.
Sin embargo, Chatham House identifica obstáculos fundamentales para estos objetivos. Las nuevas adiciones a BRICS+ han sesgado la organización hacia países que no comparten la visión amplia de Brasil de reformar el orden institucional y normativo global, priorizando en cambio sus propios intereses estrechos [3]. La presencia de delegaciones de Irán y Rusia arriesga arrastrar la cumbre hacia declaraciones en defensa de la soberanía nacional, un tema que los estados miembros de BRICS habían evitado puntualmente cuando se planteó en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.
Percepciones de Excepcionalismo Occidental
El análisis de Chatham House subraya cómo las percepciones existentes de irresponsabilidad y excepcionalismo occidental han sido agudizadas por el bombardeo estadounidense de Irán y la reacción silenciosa de Europa a los ataques [3]. Esta dinámica hace difícil para los países miembros de BRICS+ permanecer en silencio sobre el tema durante la cumbre, potencialmente desviando la atención de la agenda constructiva de Brasil hacia posicionamientos geopolíticos reactivos.
La evaluación de Sabatini sugiere que Brasil puede encontrar mayor éxito trabajando con estados miembros democráticos como India, Indonesia y Sudáfrica que comparten una visión más amplia de los asuntos globales, incluyendo comercio gestionado y la necesidad de reforma inclusiva del orden global [3]. Este enfoque más realista reconoce las limitaciones del grupo BRICS+ más amplio mientras establece bases para colaboración significativa tanto en la cumbre como en otros foros internacionales.
IV. Implicaciones para el Orden Internacional
Fragmentación de la Arquitectura de Seguridad
Los desarrollos de la primera semana de julio revelan una fragmentación creciente de la arquitectura de seguridad internacional. Por un lado, la Operación Midnight Hammer demuestra la capacidad técnica y la voluntad política de Estados Unidos e Israel para tomar acción militar directa contra amenazas percibidas. Por otro lado, las inconsistencias en la política hacia Ucrania sugieren limitaciones en la aplicación coherente de principios estratégicos.
Esta fragmentación se refleja en las evaluaciones contradictorias del éxito de la operación contra Irán. Mientras las fuentes oficiales estadounidenses e israelíes proclaman victoria decisiva, los análisis independientes sugieren que los objetivos estratégicos de largo plazo permanecen inciertos. La persistencia de estas evaluaciones divergentes dos semanas después de los ataques indica que la «niebla de guerra» se extiende bien más allá del campo de batalla físico hacia el dominio de la evaluación estratégica.
Desafíos para el Multilateralismo Emergente
La cumbre BRICS+ en Río ilustra los desafíos inherentes en construir alternativas efectivas al orden internacional existente. Aunque Brasil busca promover un multilateralismo democrático y reformas medidas del sistema internacional, la composición expandida del grupo incluye actores con agendas fundamentalmente diferentes. La presencia de Irán, recién salido de un conflicto directo con Estados Unidos e Israel, y de Rusia, en guerra activa con Ucrania, complica cualquier agenda constructiva.
Esta tensión refleja un dilema más amplio en el orden internacional contemporáneo: la dificultad de mantener instituciones multilaterales efectivas cuando los miembros operan bajo paradigmas estratégicos fundamentalmente diferentes. El enfoque de Brasil de trabajar con subconjuntos de miembros democráticos puede ofrecer un camino más realista hacia adelante, pero también sugiere que el multilateralismo del siglo XXI puede ser más fragmentado y específico que las instituciones universales del período post‑Segunda Guerra Mundial.
Precedentes para el Uso de la Fuerza
La Operación Midnight Hammer establece precedentes importantes para el uso de la fuerza en el sistema internacional. La disposición de Estados Unidos a usar sus capacidades militares más avanzadas contra instalaciones nucleares iraníes, combinada con el apoyo israelí, señala una nueva fase en la política de no proliferación donde la acción militar preventiva se considera una opción viable.
Sin embargo, la efectividad limitada de estos ataques, según evaluaciones independientes, plantea preguntas sobre la utilidad estratégica de tales operaciones. Si Irán retiene la capacidad de reconstruir su programa nuclear en un plazo relativamente corto, la operación puede haber logrado una pausa táctica a costa de establecer un precedente de escalada que otros actores pueden emular.
V. Perspectivas de Fuentes Especializadas
Evaluación de Foreign Policy Magazine
Foreign Policy Magazine ha proporcionado el análisis más crítico de la Operación Midnight Hammer en su artículo «Israel's War on Iran Backfired» por Sina Toossi [4]. El análisis argumenta que el «audaz gamble» de Netanyahu falló a pesar de lanzar una de las campañas militares más audaces en la historia de Israel. Toossi documenta que la guerra de 12 días resultó en 610 muertos iraníes (incluyendo 49 mujeres, 13 niños, 5 trabajadores de salud) y 4 746 heridos, mientras que Israel sufrió 28 muertos y más de 3 200 heridos.
Análisis de Capacidades Misilísticas
El análisis de Foreign Policy también destaca que los misiles balísticos iraníes penetraron exitosamente las defensas aéreas israelíes y estadounidenses, alcanzando bases militares, complejos de inteligencia, refinerías de petróleo y centros de investigación [4]. La censura israelí limitó reportes públicos sobre el alcance real del daño, sugiriendo que las capacidades defensivas pueden haber sido menos efectivas de lo inicialmente reportado.
Esta evaluación contrasta marcadamente con las narrativas oficiales de superioridad tecnológica absoluta, sugiriendo que las capacidades misilísticas iraníes representan una amenaza más seria de lo previamente reconocido. La capacidad demostrada de Irán de elevar las apuestas más allá de sus fronteras, incluyendo el ataque a la Base Aérea Al Udeid en Qatar, indica que futuras escaladas podrían involucrar objetivos estadounidenses en toda la región.
Consecuencias Políticas
Foreign Policy identifica consecuencias paradójicas de los ataques. El Parlamento iraní aprobó legislación suspendiendo cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica, con la justificación parlamentaria: «¿Por qué fue atacada nuestra instalación nuclear y ustedes permanecieron en silencio? ¿Por qué dieron luz verde para estas acciones?» [4]. Esta suspensión de cooperación internacional puede haber hecho más para normalizar la idea de un arma nuclear iraní que cualquier paso tomado por Teherán.
VI. Conclusiones e Implicaciones Estratégicas
Limitaciones de las Victorias Tácticas
Los acontecimientos de la primera semana de julio de 2025 ilustran las limitaciones inherentes de las victorias tácticas en ausencia de estrategias coherentes de largo plazo. La Operación Midnight Hammer, aunque técnicamente impresionante, no ha logrado sus objetivos estratégicos declarados de desmantelar permanentemente el programa nuclear iraní o socavar la disuasión iraní. En cambio, puede haber acelerado la retirada de Irán de los marcos de cooperación internacional y normalizado la perspectiva de un Irán nuclear.
Similarmente, las inconsistencias en la política estadounidense hacia Ucrania demuestran cómo las decisiones tácticas mal coordinadas pueden socavar objetivos estratégicos más amplios. La suspensión de ayuda militar a Ucrania inmediatamente después de comprometerse a aumentos históricos en gasto de defensa OTAN envía señales contradictorias que Putin está claramente preparado para explotar.
Fragmentación del Orden Multilateral
La cumbre BRICS+ en Río de Janeiro representa tanto las aspiraciones como las limitaciones del multilateralismo emergente. Aunque Brasil busca promover una agenda constructiva de reforma del orden internacional, la composición expandida del grupo incluye actores con agendas fundamentalmente incompatibles. Esta tensión sugiere que el futuro del multilateralismo puede ser más fragmentado, con coaliciones específicas de países con mentalidad similar en lugar de instituciones universales.
Necesidad de Coherencia Estratégica
Los análisis de las fuentes especializadas convergen en la identificación de una necesidad crítica de mayor coherencia estratégica en la política internacional. Las contradicciones entre declaraciones públicas y acciones políticas, entre compromisos multilaterales y decisiones unilaterales, y entre objetivos tácticos y estratégicos crean vulnerabilidades que adversarios están preparados para explotar.
La primera semana de julio de 2025 puede ser recordada como un momento de inflexión donde las limitaciones de enfoques puramente tácticos hacia desafíos estratégicos complejos se hicieron evidentes. El éxito futuro en la gestión de crisis internacionales requerirá no solo capacidades técnicas superiores, sino también la coherencia estratégica necesaria para traducir ventajas tácticas en resultados estratégicos duraderos.
Referencias
Cancian, Mark F. y Chris H. Park. «Disentangling the Five Key Questions on Iran's Nuclear Program». Center for Strategic and International Studies, 2 de julio de 2025.
https://www.csis.org/analysis/disentangling-five-key-questions-irans-nuclear-programHerbst, John E. «Does the Trump administration have a coherent policy to establish a stable peace in Ukraine?». Atlantic Council, 3 de julio de 2025.
https://www.atlanticcouncil.org/blogs/new-atlanticist/does-the-trump-administration-have-a-coherent-policy-to-establish-a-stable-peace-in-ukraine/Sabatini, Christopher. «Brazil's BRICS agenda may be hard to accomplish after the Iran–Israel war». Chatham House, 2 de julio de 2025.
https://www.chathamhouse.org/2025/07/brazils-brics-agenda-may-be-hard-accomplish-after-iran-israel-warToossi, Sina. «Israel's War on Iran Backfired». Foreign Policy, 1 de julio de 2025.
https://foreignpolicy.com/2025/07/01/israels-war-on-iran-backfired/
Este análisis se basa exclusivamente en fuentes especializadas de reconocido prestigio internacional en el campo de la política exterior y seguridad internacional. Las evaluaciones presentadas reflejan el consenso emergente entre analistas independientes sobre los acontecimientos de la primera semana de julio de 2025.