El Síndrome Preah Vihear: Cuando los templos devoran a los estados
Un análisis del conflicto Tailandia-Camboya como paradigma de la “soberanía sacralizada” en el siglo XXI
Vehículos blindados tailandeses se desplazan hacia la frontera con Camboya durante los enfrentamientos de julio 2025
Escribo estas líneas desde Cadaqués, mientras las noticias desde el Sudeste Asiático continúan llegando con una regularidad inquietante: 32 muertos, más de 135,000 desplazados, cazas F-16 tailandeses bombardeando posiciones camboyanas. En el epicentro de esta escalada que ha sorprendido a los observadores internacionales se encuentra, una vez más, un templo. El complejo de Ta Muen Thom, una estructura hinduista del siglo XI, se ha convertido en el catalizador de la crisis más seria entre dos países del Sudeste Asiático en más de una década.
Pero hay algo profundamente familiar en esta historia. Algo que nos remite a patrones que trascienden geografías y épocas, y que revela una dimensión poco explorada de los conflictos contemporáneos: cómo los espacios sagrados se convierten en armas geopolíticas.
La Anatomía de una Crisis Sagrada
El 24 de julio de 2025, cuando las primeras balas cruzaron la frontera entre Tailandia y Camboya, pocos analistas internacionales prestaron atención inmediata al conflicto. Después de todo, las disputas fronterizas en el Sudeste Asiático parecen formar parte del paisaje geopolítico regional, como las monzones o los arrozales. Sin embargo, lo que comenzó como un incidente localizado en torno al templo Ta Muen Thom ha evolucionado hacia algo mucho más significativo: una ventana hacia un patrón global de conflictos que podríamos denominar el “Síndrome Preah Vihear”.
El nombre no es casual. El templo de Preah Vihear, también del siglo XI y también en la frontera tailandesa-camboyana, fue el epicentro de los últimos enfrentamientos serios entre ambos países en 2008-2011. Entonces, como ahora, una estructura religiosa milenaria se convirtió en el símbolo de una disputa que trascendía cualquier cálculo racional de costo-beneficio territorial.
“Los templos no son solo piedras antiguas. Son textos geopolíticos que los estados modernos leen como mapas de legitimidad histórica”
— Análisis del Center for Strategic and International Studies
La pregunta que surge es inevitable: ¿por qué estructuras religiosas construidas hace mil años siguen determinando las relaciones entre estados modernos? La respuesta nos lleva a un fenómeno que trasciende el caso específico tailandés-camboyano y que se replica en múltiples geografías: la instrumentalización estatal de la geografía sagrada.
El patrón universal: de Babri a Jerusalén
Para entender la dimensión global del Síndrome Preah Vihear, debemos mirar más allá del Sudeste Asiático. El 6 de diciembre de 1992, en la ciudad india de Ayodhya, una multitud de activistas hindúes demolió la mezquita de Babri, construida en el siglo XVI supuestamente sobre el lugar de nacimiento del dios Rama. Lo que siguió fueron disturbios comunales que dejaron más de 2,000 muertos y alteraron permanentemente las relaciones entre India y Pakistán.
Las similitudes estructurales con el conflicto Tailandia-Camboya son reveladoras:
Estructura religiosa antigua como símbolo de soberanía: En ambos casos, edificios religiosos construidos siglos atrás se convierten en símbolos contemporáneos de legitimidad territorial. La mezquita de Babri representaba para los musulmanes indios la continuidad histórica de su presencia en el subcontinente; los templos fronterizos tailandeses-camboyanos operan de manera similar como “marcadores de soberanía” que trascienden las demarcaciones coloniales.
Disputa legal prolongada que explota súbitamente: Tanto Babri como Preah Vihear/Ta Muen Thom fueron objeto de litigios que se extendieron por décadas. En el caso indio, los tribunales deliberaron durante más de 60 años; en el tailandés-camboyano, la Corte Internacional de Justicia resolvió parcialmente la disputa en 2013, pero dejó áreas sin demarcar que ahora explotan en violencia.
Movilización de masas basada en narrativas históricas: En ambos casos, los gobiernos utilizan narrativas de “recuperación” de espacios sagrados para movilizar apoyo doméstico. Los activistas hindúes hablaban de “liberar” el lugar de nacimiento de Rama; los políticos tailandeses y camboyanos invocan la “protección” de templos ancestrales.
Pero quizás la analogía más instructiva sea la del Monte del Templo/Haram al-Sharif en Jerusalén. Aquí, un espacio sagrado compartido por múltiples tradiciones religiosas se ha convertido en el microcosmos de un conflicto geopolítico más amplio. Como en el caso tailandés-camboyano, incidentes menores en el sitio religioso pueden desatar crisis que trascienden cualquier proporción racional.
“En Jerusalén, como en la frontera tailandesa-camboyana, la arqueología se convierte en arma política. Cada piedra antigua es evidencia de legitimidad contemporánea”
— Observación de analista especializado en conflictos de geografía sagrada
La tercera analogía: Los monasterios como centinelas
Una tercera manifestación del Síndrome Preah Vihear se encuentra en las disputas fronterizas entre China e India, específicamente en la región de Ladakh. Aquí, los monasterios budistas tibetanos operan como “centinelas de soberanía” en una frontera mal demarcada desde la época colonial británica.
El patrón es consistente: fronteras mal demarcadas + sitios religiosos = conflicto potencial. Los monjes tibetanos, como los guardias de los templos tailandeses-camboyanos, se convierten involuntariamente en actores geopolíticos. Su presencia cotidiana en estructuras religiosas fronterizas constituye una forma de “ocupación suave” que los estados instrumentalizan para proyectar soberanía.
La dimensión espiritual, paradójicamente, se convierte en herramienta de estados oficialmente seculares. China, Tailandia, Camboya e India utilizan la legitimidad religiosa de templos y monasterios para reforzar reclamos territoriales que sus respectivas burocracias serían incapaces de sostener únicamente con argumentos legales o históricos convencionales.
El mecanismo: Soberanía Sacralizada
¿Cómo opera exactamente este fenómeno? Propongo el concepto de “soberanía sacralizada” para describir el mecanismo mediante el cual los estados modernos instrumentalizan espacios sagrados para proyectar autoridad territorial.
La soberanía sacralizada funciona en tres niveles:
Nivel simbólico: Los templos, mezquitas, monasterios o sitios sagrados operan como “textos geopolíticos” que pueden ser “leídos” por poblaciones domésticas como evidencia de legitimidad histórica. Un templo hinduista del siglo XI en territorio disputado “demuestra” presencia ancestral de manera más visceral que cualquier documento legal.
Nivel práctico: Las estructuras religiosas requieren mantenimiento, protección y acceso para fieles, lo que justifica presencia militar o policial permanente en zonas disputadas. Los “guardianes del templo” se convierten en guardianes de la frontera.
Nivel emocional: Los espacios sagrados movilizan dimensiones no-racionales de la identidad colectiva que trascienden cálculos de costo-beneficio. Es más fácil justificar ante la opinión pública el gasto militar para “proteger templos ancestrales” que para “defender líneas fronterizas abstractas”.
“La soberanía sacralizada crea una legitimidad híbrida que combina autoridad histórica-religiosa con poder militar contemporáneo. Es más poderosa que cualquiera de sus componentes por separado”
— Marco teórico desarrollado para este análisis
Las implicaciones: Por qué esto importa
El Síndrome Preah Vihear no es una curiosidad académica. Sus implicaciones para la estabilidad internacional son profundas y crecientes.
Primero, los conflictos de geografía sagrada son inherentemente más difíciles de resolver que las disputas territoriales convencionales. Mientras que los estados pueden negociar sobre recursos naturales, acceso marítimo o ventajas estratégicas, es mucho más complejo encontrar compromisos sobre sitios que las poblaciones consideran sagrados. La dimensión espiritual introduce elementos no-negociables que resisten soluciones puramente racionales.
Segundo, estos conflictos tienden a ser más persistentes pero menos letales que las guerras ideológicas o étnicas. La lógica de la soberanía sacralizada permite escaladas controladas que sirven propósitos de legitimidad doméstica sin necesariamente buscar la destrucción total del adversario. Los templos, después de todo, pueden ser “compartidos” de maneras que las ideologías no.
Tercero, la mediación internacional enfrenta limitaciones específicas en conflictos de geografía sagrada. Los mediadores externos, típicamente seculares, carecen de la autoridad moral para pronunciarse sobre la legitimidad de reclamos religiosos. ASEAN, la Unión Europea o las Naciones Unidas pueden mediar sobre fronteras, pero no sobre la interpretación de textos sagrados o la autenticidad de tradiciones espirituales.
El futuro de los templos geopolíticos
¿Hacia dónde evoluciona el Síndrome Preah Vihear? Las tendencias globales sugieren una intensificación del fenómeno.
El resurgimiento de identidades religiosas en la política internacional, desde el hinduismo político en India hasta el budismo nacionalista en Myanmar, crea más oportunidades para la instrumentalización de espacios sagrados. Los líderes políticos descubren que la movilización religiosa es más efectiva que los llamamientos puramente nacionalistas.
La tecnología moderna paradójicamente refuerza la importancia de sitios antiguos. Los sistemas GPS pueden demarcar fronteras con precisión milimétrica, pero los templos milenarios proporcionan una legitimidad histórica que ninguna tecnología puede replicar. La modernidad no elimina lo sagrado; lo convierte en recurso escaso y, por tanto, más valioso.
La multipolaridad geopolítica reduce la capacidad de las grandes potencias para imponer soluciones seculares a conflictos de geografía sagrada. En un mundo unipolar, Estados Unidos podría haber presionado a Tailandia y Camboya hacia una solución pragmática. En un mundo multipolar, China, India, Japón y otros actores regionales tienen incentivos para instrumentalizar estos conflictos en sus propios juegos geopolíticos.
Lecciones para el Orden Internacional
El conflicto Tailandia-Camboya, visto a través del prisma del Síndrome Preah Vihear, ofrece lecciones importantes para académicos y formuladores de política.
Para los académicos, el caso demuestra la necesidad de marcos teóricos que integren dimensiones espirituales en el análisis geopolítico. Las teorías realistas clásicas, centradas en poder militar y económico, son insuficientes para explicar por qué estados racionales arriesgan estabilidad regional por templos en ruinas.
Para los diplomáticos, la experiencia sugiere que la mediación en conflictos de geografía sagrada requiere enfoques específicos que reconozcan la legitimidad de dimensiones no-seculares sin ser capturados por ellas. La mediación exitosa podría requerir la participación de autoridades religiosas junto a diplomáticos convencionales.
Para los analistas de seguridad, el Síndrome Preah Vihear indica que los conflictos del siglo XXI no serán necesariamente más “racionales” que los del pasado. La modernización tecnológica coexiste con la persistencia de motivaciones pre-modernas, creando patrones de conflicto híbridos que desafían predicciones basadas en modelos puramente seculares.
Conclusión: Templos en el Tiempo
Mientras escribo estas líneas, los reportes desde la frontera tailandesa-camboyana continúan llegando. Las cifras de víctimas aumentan, los refugiados se acumulan en campos improvisados, los diplomáticos de ASEAN convocan reuniones de emergencia. En el centro de todo esto, el templo Ta Muen Thom permanece en pie, como ha estado durante casi mil años, indiferente a las fronteras que los humanos han trazado a su alrededor.
Pero quizás esa indiferencia es ilusoria. Quizás los templos, en su silenciosa permanencia, ejercen una forma de poder que trasciende la comprensión convencional de la geopolítica. Quizás, en un mundo cada vez más secular, lo sagrado se convierte en el último refugio de la legitimidad política.
El Síndrome Preah Vihear nos recuerda que la modernidad no ha eliminado lo sagrado de la política internacional; simplemente lo ha transformado en un recurso estratégico más. Y como todos los recursos estratégicos, los templos pueden convertirse en causas de guerra.
La pregunta que queda es si las instituciones internacionales del siglo XXI están preparadas para mediar en conflictos donde lo divino y lo geopolítico se entrelazan de maneras que desafían las categorías seculares sobre las que se construyó el orden westfaliano.
La respuesta, como los templos mismos, permanece en el tiempo.
Este análisis forma parte de la investigación continua del International Relations Forum sobre patrones emergentes en conflictos contemporáneos. Para análisis adicionales sobre geopolítica del Sudeste Asiático y dinámicas de soberanía sacralizada, consulte nuestros archivos.
Fuentes consultadas:
• Center for Strategic and International Studies (CSIS): “Thailand Launches Airstrikes Amid Border Dispute with Cambodia”
• Foreign Policy: “Thailand, Cambodia Clash in Rare Armed Attacks”
• TIME: “The Thai-Cambodia Fight Is About More Than Territory”
• Council on Foreign Relations: Análisis de Joshua Kurlantzick sobre implicaciones regionales
• Chatham House: Comentarios sobre dinásticas políticas en conflicto
• Reportes en tiempo real de Al Jazeera, CNN, Reuters sobre desarrollo del conflicto
International Relations Forum es una iniciativa del Círculo del Liceo dirigida a socios, simpatizantes y profesionales de relaciones internacionales, diplomacia y empresa. Analizamos las tendencias geopolíticas importantes con fuentes serias como The Economist y Foreign Policy, proporcionando información clara sobre lo que está pasando en el mundo y por qué es relevante.