La Cumbre OTAN de La Haya 2025: Análisis Integral desde la Perspectiva del Munich Security Council
Resumen ejecutivo para miembros del International Relations Forum
Resumen Ejecutivo
La Cumbre de la OTAN celebrada en La Haya los días 24-25 de junio de 2025 representa un momento definitorio para la Alianza Atlántica en un contexto geopolítico caracterizado por múltiples crisis simultáneas y tensiones transatlánticas crecientes. Según el análisis del Munich Security Council (MSC), dirigido por su Vice-Chair y CEO Benedikt Franke, la cumbre logró resultados tangibles que superaron las expectativas iniciales, particularmente en términos de compromisos de gasto de defensa y enfoque en resistencia social, aunque reveló fisuras significativas en la cohesión aliada y dejó cuestiones críticas sobre Ucrania sin la atención requerida.
El presente análisis examina los desarrollos de la cumbre a través del prisma único del Munich Security Council, que sirvió como socio institucional del Foro Público de la OTAN y co-organizó el influyente evento “NATO in the Huis” junto con el Instituto Clingendael. Esta perspectiva privilegiada permite una evaluación matizada de los logros, limitaciones y implicaciones futuras de una cumbre que, en palabras de Franke, fue exitosa precisamente porque “no salió mal” en un momento en que múltiples escenarios adversos eran posibles.
Contexto Estratégico: Una Alianza en Encrucijada
La Cumbre de La Haya se desarrolló en un momento de particular complejidad para la arquitectura de seguridad transatlántica. El Munich Security Council, a través de su participación directa en los eventos paralelos y su análisis posterior, identifica varios factores contextuales que definieron el marco de las discusiones.
En primer lugar, la persistencia del conflicto en Ucrania como “una prueba definitoria para el orden internacional” según la evaluación del MSC, creó una tensión fundamental entre las expectativas de un mayor compromiso aliado y las realidades políticas domésticas de los países miembros. La observación de Franke de que “muchos de nosotros habíamos esperado un foco más fuerte en Ucrania” refleja una frustración más amplia dentro de la comunidad de seguridad europea sobre la aparente normalización de un conflicto que continúa desafiando los principios fundamentales del orden internacional establecido.
En segundo lugar, las tensiones sobre el gasto de defensa, que han caracterizado las relaciones transatlánticas desde la administración Obama pero que se intensificaron significativamente durante los períodos de Trump, crearon un imperativo político para demostrar resultados concretos. El compromiso alcanzado de elevar el gasto relevante al 5% del PIB para 2035 representa tanto un logro diplomático como un reconocimiento de las realidades fiscales y políticas que enfrentan los aliados europeos.
En tercer lugar, la creciente importancia de la “resistencia social” como concepto estratégico refleja una evolución en el pensamiento de seguridad de la OTAN que va más allá de las capacidades militares tradicionales para abarcar la preparación de las sociedades civiles ante amenazas híbridas, desinformación y otros desafíos del siglo XXI.
El Rol Institucional del Munich Security Council: Análisis desde Adentro
La participación del Munich Security Council como socio institucional del Foro Público de la OTAN proporcionó una perspectiva única sobre las dinámicas internas de la cumbre. La moderación por parte de Benedikt Franke de la Sesión de Apertura con el Secretario General Mark Rutte ofreció insights directos sobre las prioridades y preocupaciones de la dirigencia aliada.
Durante esta sesión, emergieron tres preguntas fundamentales que encapsulan los desafíos centrales que enfrenta la Alianza. La primera, sobre si Estados Unidos sigue siendo un aliado OTAN confiable, refleja ansiedades profundas sobre la continuidad del compromiso estadounidense que han persistido a través de múltiples administraciones. La respuesta de Rutte, centrada en el mensaje de “paz a través de la fuerza”, sugiere un intento de reafirmar los principios tradicionales de disuasión mientras navega las complejidades de la política doméstica estadounidense.
La segunda pregunta, sobre la viabilidad del objetivo del 5% de gasto de defensa, toca el núcleo de las tensiones transatlánticas sobre burden-sharing. El hecho de que esta meta fuera no solo discutida sino adoptada indica un reconocimiento por parte de los aliados europeos de que las expectativas estadounidenses sobre el gasto de defensa han evolucionado significativamente y que el status quo anterior ya no es sostenible políticamente.
La tercera pregunta, sobre la brecha entre la retórica y la realidad de la OTAN, apunta a un problema más fundamental de credibilidad que ha plagado a la Alianza en múltiples contextos, desde los compromisos de gasto hasta las operaciones militares y la respuesta a crisis. La capacidad de la OTAN para cerrar esta brecha será crucial para su relevancia futura.
El evento “NATO in the Huis”, co-organizado por el MSC con el Instituto Clingendael, proporcionó un foro más íntimo para discusiones de alto nivel que complementaron las sesiones formales de la cumbre. La participación de figuras como la Viceprimer Ministra ucraniana Olha Stefanishyna, el Senador estadounidense Chris Coons, y el Jefe de Prensa alemán Stefan Kornelius creó un espacio para conversaciones más francas sobre los desafíos que enfrenta la Alianza.
Logros Tangibles: El Compromiso del 5% y la Resistencia Social
El logro más significativo de la cumbre, según la evaluación del MSC, fue el compromiso de todos los aliados de alcanzar el 5% del PIB en gasto relevante para 2035. Este resultado representa una evolución dramática desde el objetivo del 2% establecido en la Cumbre de Gales de 2014, y refleja tanto las presiones estadounidenses como el reconocimiento europeo de las realidades de seguridad cambiantes.
La importancia de este compromiso va más allá de las cifras absolutas. Representa un reconocimiento colectivo de que las amenazas de seguridad contemporáneas requieren inversiones sostenidas no solo en capacidades militares tradicionales, sino en un espectro más amplio de preparación de defensa que incluye ciberseguridad, resistencia de infraestructura crítica, y capacidades de respuesta a amenazas híbridas.
Sin embargo, el MSC también identifica limitaciones significativas en este compromiso. La observación de Franke de que “muchos aliados tendrán dificultades para cumplir los objetivos” y que “2035 es mucho tiempo” sugiere escepticismo sobre la implementación práctica de estos compromisos. La experiencia histórica con el objetivo del 2%, que muchos aliados aún no han alcanzado más de una década después de su establecimiento, proporciona razones para la cautela.
El segundo logro identificado por el MSC es el “enfoque renovado en resistencia social”. Este concepto representa una evolución importante en el pensamiento estratégico de la OTAN, reconociendo que la seguridad contemporánea requiere no solo capacidades militares sino también la preparación de las sociedades civiles para resistir y recuperarse de una amplia gama de amenazas.
La resistencia social abarca múltiples dimensiones: la capacidad de las instituciones democráticas para resistir la desinformación y la interferencia extranjera; la preparación de la infraestructura crítica para continuar funcionando bajo ataque; la capacidad de las economías para mantener la producción de defensa y apoyo logístico durante crisis prolongadas; y la preparación psicológica de las poblaciones para los sacrificios que pueden requerir los conflictos modernos.
Fisuras en la Unidad: España, Bélgica y los Límites del Consenso
A pesar de los logros generales, el MSC identifica signos preocupantes de desacuerdo dentro de la Alianza, particularmente por parte de España y Bélgica. Aunque Franke no elabora sobre la naturaleza específica de estos desacuerdos, su mención sugiere que el consenso aparente sobre los compromisos principales de la cumbre puede ocultar tensiones más profundas sobre la dirección futura de la Alianza.
Estas fisuras son particularmente significativas porque ocurren en un momento en que la OTAN enfrenta múltiples desafíos que requieren unidad de propósito. La capacidad de la Alianza para mantener la cohesión mientras acomoda las preocupaciones legítimas de todos los miembros será crucial para su efectividad futura.
El caso de España es particularmente interesante dado su papel histórico como un aliado que ha mantenido ciertas reservas sobre aspectos de la integración de la OTAN, particularmente en relación con el comando nuclear. Las preocupaciones españolas pueden reflejar ansiedades más amplias sobre la escalada de tensiones con Rusia y el riesgo de que Europa se vea arrastrada a un conflicto que no considera de su interés nacional directo.
Bélgica, por su parte, enfrenta sus propias complejidades internas como sede de las instituciones de la UE y la OTAN, lo que crea presiones únicas para equilibrar los compromisos transatlánticos con las aspiraciones de autonomía estratégica europea. Los desacuerdos belgas pueden reflejar tensiones más amplias sobre la relación entre la OTAN y las iniciativas de defensa europea.
La Cuestión Ucraniana: Una Oportunidad Perdida
Una de las críticas más significativas del MSC hacia la cumbre se centra en la atención insuficiente prestada a Ucrania. La observación de Franke de que “muchos de nosotros habíamos esperado un foco más fuerte en Ucrania” refleja una frustración más amplia dentro de la comunidad de seguridad europea sobre lo que perciben como una normalización peligrosa del conflicto.
Esta crítica es particularmente significativa viniendo del MSC, que ha mantenido consistentemente que el conflicto ucraniano representa una prueba existencial para el orden internacional basado en reglas. La caracterización del conflicto como “una lucha épica que continúa siendo una prueba definitoria para el orden internacional” sugiere que el MSC ve la respuesta occidental como inadecuada para la magnitud del desafío.
La participación de la Viceprimer Ministra ucraniana Olha Stefanishyna en el evento “NATO in the Huis” proporcionó una oportunidad para discusiones más profundas sobre el apoyo a largo plazo para Ucrania. Sin embargo, la impresión general del MSC es que estas discusiones no se tradujeron en compromisos concretos suficientes por parte de la Alianza en su conjunto.
La cita destacada de Wolfgang Ischinger durante el evento nocturno encapsula una perspectiva que el MSC considera crucial pero insuficientemente reconocida: “No es una calle de una sola vía: Europa necesita despertar al hecho de que no somos solo nosotros apoyando a Ucrania. Ucrania nos está apoyando luchando por nuestra libertad.” Esta formulación reenmarca el apoyo a Ucrania no como caridad o altruismo, sino como defensa propia europea.
Innovaciones en Diplomacia de Seguridad: El Modelo “NATO in the Huis”
Una de las contribuciones más significativas del MSC a la cumbre fue la co-organización del evento “NATO in the Huis” con el Instituto Clingendael. Este formato innovador proporcionó un espacio para discusiones más francas y detalladas que complementaron las sesiones formales de la cumbre.
El evento, que se extendió por dos días con casi 20 sesiones dirigidas por socios, abordó temas que van desde la innovación de defensa hasta la seguridad energética y la resistencia digital. Esta amplitud temática refleja el reconocimiento de que la seguridad contemporánea requiere un enfoque holístico que va más allá de las capacidades militares tradicionales.
El formato permitió discusiones más profundas sobre temas sensibles, incluyendo la creciente militarización de Bielorrusia y su impacto en la seguridad regional. La participación de Sviatlana Tsikhanouskaya, Jefa del Gabinete de Transición Unido de Bielorrusia, en una mesa redonda sobre este tema ilustra cómo el formato permitió abordar cuestiones que podrían ser demasiado sensibles para las sesiones formales de la cumbre.
El éxito del formato “NATO in the Huis” ha llevado al MSC a planear su continuación en Turquía y Albania, aunque con nombres adaptados localmente. Esta expansión sugiere que el MSC ve valor en crear espacios alternativos para la diplomacia de seguridad que complementen pero no reemplacen los foros formales.
Implicaciones para la Arquitectura de Seguridad Transatlántica
La evaluación del MSC de la cumbre tiene implicaciones importantes para el futuro de la arquitectura de seguridad transatlántica. La observación de que “la alianza nunca ha sido más fuerte y más enfocada en el crecimiento de capacidades” sugiere optimismo sobre la dirección general, pero debe equilibrarse contra las preocupaciones sobre la implementación y la cohesión.
El compromiso del 5% del PIB, si se implementa efectivamente, representaría una transformación fundamental en las capacidades de defensa europeas. Sin embargo, la historia de compromisos de gasto de defensa no cumplidos sugiere que la implementación será el verdadero test de la seriedad de este compromiso.
La nueva asociación estratégica entre el MSC y el Atlantic Council, anunciada durante la cumbre, representa un esfuerzo por fortalecer los vínculos institucionales transatlánticos en un momento de tensiones políticas. Esta colaboración, que se enfoca en “fortalecer la cooperación transatlántica y abordar los desafíos de seguridad global más urgentes”, desde el futuro de la OTAN hasta la ciberseguridad, sugiere un reconocimiento de que las instituciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel crucial en mantener la cohesión transatlántica.
Desarrollos Paralelos: MSC Berlin y las Finanzas de Desarrollo
El análisis del MSC de la cumbre debe entenderse en el contexto más amplio de sus otras actividades durante la misma semana, particularmente el evento “MSC in Berlin” con Bill Gates y la publicación de su análisis sobre finanzas de desarrollo post-USAID.
El evento con Gates, que se centró en los recortes al presupuesto de desarrollo estadounidense y el papel de Alemania en la cooperación internacional de desarrollo, ilustra cómo las decisiones de política doméstica estadounidense tienen ramificaciones globales que van más allá de la seguridad tradicional. La observación de que “la asistencia para el desarrollo, antes vista como medio para promover paz y prosperidad y como fuente valiosa de poder blando, ahora se ve cada vez más como competencia con inversiones en seguridad y defensa” refleja una transformación fundamental en cómo se conceptualiza la seguridad nacional.
Esta perspectiva es relevante para entender los compromisos de gasto de defensa de la cumbre OTAN. El aumento al 5% del PIB no ocurre en un vacío fiscal, sino en competencia con otras prioridades gubernamentales, incluyendo el desarrollo internacional, la infraestructura doméstica, y los programas sociales. La capacidad de los gobiernos europeos para mantener estos compromisos dependerá en parte de su habilidad para explicar a sus poblaciones por qué el gasto de defensa debe tomar prioridad sobre estas otras necesidades.
El Munich Security Analysis sobre las brechas en las finanzas de desarrollo post-USAID, escrito por Isabell Kump, plantea preguntas fundamentales sobre quién llenará el vacío dejado por los recortes estadounidenses. Las preguntas clave identificadas - “¿Quién llenará el vacío dejado por EEUU?” y “¿Cómo pueden los países de ingresos bajos y medios continuar siendo apoyados en su desarrollo sostenible?” - tienen implicaciones directas para la seguridad europea, dado que la inestabilidad en el mundo en desarrollo puede generar flujos migratorios, terrorismo, y otros desafíos de seguridad.
Evaluación Crítica: Logros, Limitaciones y Perspectivas Futuras
La evaluación general del MSC de la Cumbre de La Haya es matizada, reconociendo logros significativos mientras identifica limitaciones importantes y desafíos futuros. El juicio de Franke de que la cumbre fue exitosa porque “no salió mal” puede parecer una evaluación modesta, pero refleja una comprensión realista de las múltiples formas en que la cumbre podría haber fracasado.
Los logros identificados - el compromiso del 5% del PIB, el enfoque en resistencia social, y el mantenimiento general de la cohesión aliada - representan avances tangibles que superaron las expectativas de muchos observadores. Sin embargo, estos logros deben evaluarse contra las limitaciones identificadas: los desacuerdos de España y Bélgica, las dudas sobre la implementación de los compromisos de gasto, y la atención insuficiente a Ucrania.
Mirando hacia el futuro, el MSC identifica varias áreas que requerirán atención continua. La implementación de los compromisos de gasto será crucial para la credibilidad de la Alianza. La capacidad de mantener la cohesión mientras se acomodan las preocupaciones de todos los miembros será esencial para la efectividad operacional. Y la necesidad de mantener el enfoque en Ucrania y otros desafíos de seguridad persistentes requerirá liderazgo político sostenido.
La expansión del formato “NATO in the Huis” a otros países sugiere que el MSC ve valor en crear espacios alternativos para la diplomacia de seguridad. Esta innovación puede ser particularmente importante en un momento en que los foros formales enfrentan limitaciones debido a las sensibilidades políticas y las dinámicas de consenso.
Conclusiones: Una Cumbre de Transición en un Momento de Incertidumbre
La Cumbre OTAN de La Haya 2025, vista a través del prisma del Munich Security Council, emerge como una cumbre de transición que logró resultados importantes mientras reveló tensiones persistentes y desafíos futuros. El compromiso del 5% del PIB representa una evolución significativa en los compromisos de defensa aliados, pero su implementación efectiva permanece incierta. El enfoque en resistencia social refleja una comprensión sofisticada de las amenazas contemporáneas, pero requerirá esfuerzos sostenidos para traducirse en capacidades operacionales.
Las fisuras identificadas en la unidad aliada, particularmente los desacuerdos de España y Bélgica, sugieren que el consenso aparente puede ser más frágil de lo que parece en la superficie. La atención insuficiente a Ucrania, según la evaluación del MSC, representa una oportunidad perdida para demostrar el compromiso aliado con los principios fundamentales del orden internacional.
La participación del MSC como socio institucional y su innovación con el formato “NATO in the Huis” ilustran el papel importante que pueden desempeñar las instituciones de la sociedad civil en complementar la diplomacia formal. La nueva asociación con el Atlantic Council sugiere un reconocimiento de que mantener la cohesión transatlántica requerirá esfuerzos sostenidos a múltiples niveles.
En última instancia, la evaluación del MSC sugiere que la Cumbre de La Haya fue exitosa en términos de evitar fracasos catastróficos y lograr algunos avances tangibles, pero que los verdaderos tests de su éxito vendrán en la implementación de los compromisos adoptados y la capacidad de la Alianza para mantener la unidad de propósito ante los desafíos persistentes y emergentes.
La caracterización de Franke de la cumbre como exitosa porque “no salió mal” puede reflejar expectativas modestas, pero también sugiere una comprensión madura de las limitaciones de la diplomacia multilateral en un momento de polarización política creciente. En este contexto, el mantenimiento de la cohesión básica y el logro de compromisos incrementales pueden representar logros más significativos de lo que aparentan en la superficie.
El futuro de la OTAN, según emerge del análisis del MSC, dependerá de la capacidad de la Alianza para traducir los compromisos de La Haya en capacidades operacionales, mantener la unidad ante presiones divergentes, y adaptar sus enfoques a las realidades cambiantes de la seguridad del siglo XXI. El papel de instituciones como el MSC en facilitar estas adaptaciones a través de la innovación en formatos diplomáticos y el análisis independiente será crucial para navegar los desafíos que se avecinan.
Referencias:
[1] Munich Security Council Newsletter - MSC @ NATO Summit 2025, julio 2025
[2] Benedikt Franke, “Dear friends and colleagues,” Munich Security Council, julio 2025
[3] Munich Security Council, “Opening Q&A of the Public Forum with NATO Secretary General,” junio 2025
[4] Munich Security Council & Clingendael Institute, “NATO in the Huis,” junio 2025
[5] Wolfgang Ischinger, citado en Munich Security Council Newsletter, julio 2025
[6] Munich Security Council & Atlantic Council, “Strategic Partnership Announcement,” junio 2025
[7] Isabell Kump, “Munich Security Analysis: Too Big to Fill? Reducing Gaps in Development Finance Post-USAID,” Munich Security Council, 2025