Boletín de Situación Internacional del 1 al 7 de diciembre de 2025
Un Año Sin Assad, la Doctrina Trump 2.0 y la Máquina de Guerra Rusa
Introducción
La semana geopolítica ha estado marcada por tres ejes. En primer lugar, el aniversario de la caída de Bashar al-Assad en Siria nos obliga a hacer un balance de un año de liberación incómoda, con una transición que avanza mejor de lo esperado pero que enfrenta nuevos y peligrosos desafíos. En segundo lugar, la publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de la administración Trump ha formalizado un giro copernicano en la política exterior estadounidense, dejando a Europa en una precaria soledad estratégica y obligándola a confrontar una nueva realidad transatlántica. Finalmente, una investigación en profundidad revela la industrialización del reclutamiento militar en Rusia, una maquinaria de guerra que explica la resiliencia del Kremlin en su guerra de desgaste contra Ucrania y su creciente audacia en la escena internacional.
Estos tres temas, aparentemente inconexos, están unidos por un hilo conductor: la reconfiguración del poder en un orden global cada vez más fragmentado y competitivo. Las placas tectónicas de la geopolítica se están moviendo, y sus réplicas se sienten en todo el mundo.
Siria: Un año de liberación incómoda
El 8 de diciembre de 2024, una ofensiva relámpago liderada por la milicia rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) provocó la caída del régimen de Bashar al-Assad, poniendo fin a décadas de un gobierno autoritario y brutal. Un año después, Siria conmemora el aniversario de su liberación en un ambiente de celebración incómoda, marcado por una mezcla de esperanza, dificultades y nuevas amenazas que definen la frágil transición del país.
The Economist describe el ambiente en Damasco con fuegos artificiales que reemplazan el sonido de las explosiones de la guerra, con vallas publicitarias que celebran la libertad y con sirios de todo el país viajando a la capital para las celebraciones. Sin embargo, el mismo medio advierte que “los defectos del gobierno de Ahmed al-Sharaa están empezando a mostrarse”.
Una transición mejor de lo esperado, pero con nuevos desafíos
La transición siria ha sido, en muchos aspectos, “mejor de lo esperado”, según un análisis de The Economist. El nuevo gobierno de transición, liderado por Ahmed al-Sharaa, se ha movido rápidamente para revivir el Estado y reconectarlo con el mundo exterior. Un paso crucial ha sido el levantamiento de muchas de las sanciones que paralizaron la economía siria bajo el régimen de Assad. Se espera que el Congreso de Estados Unidos derogue a principios del próximo año la más dura de estas medidas, la Ley César.
Sin embargo, la situación económica sigue siendo precaria. El PIB del país ha caído más de un 70% desde 2011, y millones de personas necesitan vivienda, empleo y servicios básicos. La reconstrucción del país es una tarea monumental que requerirá un esfuerzo sostenido y una considerable ayuda internacional.
La frágil lucha por la justicia y la amenaza de la insurgencia
Uno de los mayores desafíos que enfrenta la nueva Siria es la búsqueda de justicia por los crímenes cometidos durante el régimen de Assad. Al Jazeera destaca la “frágil lucha por la justicia en una Siria post-Assad”, donde existe el peligro de que los sirios se sientan frustrados por los esfuerzos de justicia retrasados o denegados.
Al mismo tiempo, emerge una nueva amenaza: una posible insurgencia de los alauitas, la minoría a la que pertenece la familia Assad, que se sienten cada vez más descontentos con el nuevo gobierno. Esta situación plantea un riesgo significativo para la estabilidad del país y la consolidación de la paz.
Perspectivas de futuro
Un año después de la caída de Assad, Siria se encuentra en una encrucijada. El futuro del país debe ser “libre, soberano y unido”, como declaró un funcionario de la ONU. Sin embargo, el camino hacia ese futuro está lleno de obstáculos. Comfort Ero, de Crisis Group, habla de “un año de esperanza y dificultades”, mientras que el Washington Institute for Near East Policy se enfoca en la necesidad de “reconstruir las instituciones y la gobernanza” en el segundo año de la nueva Siria.
La celebración del primer aniversario de la liberación de Siria es, por tanto, un recordatorio de lo lejos que ha llegado el país, pero también de los enormes desafíos que aún enfrenta. La transición siria es un proceso frágil que requerirá el compromiso continuo de sus líderes y el apoyo de la comunidad internacional para tener éxito.
Europa frente a la nueva doctrina Trump: “Guerra” ideológica y soledad estratégica
La publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) de la administración Trump el 4 de diciembre no ha sido un simple ajuste de prioridades; ha sido una declaración de guerra ideológica contra la Europa de la posguerra, sus líderes y la propia Unión Europea. El documento, que consagra plenamente la doctrina de “America First”, redefine la relación transatlántica de una manera tan radical que amenaza con destruir la alianza de la OTAN tal y como la conocemos. Como afirma Max Bergmann, director del Programa de Europa, Rusia y Eurasia del CSIS, “la estrategia declara efectivamente la guerra a la política europea, a los líderes políticos de Europa y a la Unión Europea”.
El marco “civilizacional”: Europa como un continente en decadencia
El pilar ideológico de la nueva NSS hacia Europa es un enfoque “civilizacional” que la considera un continente en plena decadencia. Según Liana Fix, del Council on Foreign Relations (CFR), este marco es “radicalmente diferente de la primera administración Trump, y en realidad de cualquier administración pasada”. El problema central de Europa, según la NSS, es el abandono de los “valores occidentales” (entendidos como valores nacionalistas y conservadores), una “pérdida de identidades nacionales” causada por la inmigración y el “desplome de las tasas de natalidad”. El resultado, según el documento, es el estancamiento económico, la debilidad militar y la “supresión de la oposición política”, que culmina en una “perspectiva desoladora de borrado civilizatorio”.
La Unión Europea es caracterizada en términos adversariales, acusada de socavar la “libertad política” y la “soberanía” de sus estados miembros. Esta visión, que expande las críticas ya lanzadas por el vicepresidente J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2025, no solo ataca los cimientos del proyecto europeo, sino que anuncia una era de confrontación directa.
Una declaración de intenciones: cultivar la resistencia dentro de Europa
Lo que resulta más alarmante para las capitales europeas es que la NSS no se limita a un diagnóstico sombrío, sino que prescribe una intervención activa. El documento llama a “celebraciones sin complejos del carácter y la historia individual de las naciones europeas” y afirma que “la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos da motivos para un gran optimismo”. Esto constituye un respaldo explícito a los partidos nacionalistas y de extrema derecha que han surgido en todo el continente.
Pero va más allá. La NSS establece como objetivo de la política estadounidense “cultivar la resistencia a la trayectoria actual de Europa dentro de las naciones europeas”. Se trata de una ruptura histórica con la política exterior estadounidense de la posguerra, que, como recuerda Bergmann, fue la más ferviente defensora de la integración europea precisamente para suprimir los nacionalismos desestabilizadores que habían causado dos guerras mundiales. El presidente Eisenhower llegó a decir que la creación del mercado común europeo sería “uno de los mejores días en la historia del mundo libre, quizás incluso más que ganar la guerra”.
“La estrategia señala que la administración Trump planea orquestar la caída de casi todos los líderes políticos de Europa, que provienen de partidos de centro-derecha y centro-izquierda.” — Max Bergmann, CSIS
Las herramientas de la intervención
¿Cómo podría la administración Trump implementar esta estrategia de intervención? Max Bergmann identifica tres posibles vías:
En primer lugar, la financiación directa. Los recortes a los fondos de promoción de la democracia del Departamento de Estado y la eliminación de USAID podrían liberar recursos para apoyar financieramente a partidos y grupos de extrema derecha en Europa. Dado que la financiación de campañas está limitada en la mayoría de los países europeos, incluso sumas modestas podrían tener un impacto significativo.
En segundo lugar, la guerra informativa. Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, respaldadas por la administración, podrían resistirse a la regulación europea sobre moderación de contenidos y trabajar activamente para promover y amplificar el contenido de la extrema derecha. La NSS menciona la “democracia” principalmente en el contexto de revertir las supuestas restricciones a la libertad de expresión en Europa, lo que sugiere que las leyes contra el discurso de odio o los símbolos nazis son vistas como una afrenta.
Finalmente, las operaciones encubiertas. La comunidad de inteligencia de EE.UU. posee herramientas y recursos significativos que podrían ser desplegados para apoyar a movimientos de extrema derecha, de manera similar a como se apoyó a movimientos anticomunistas durante la Guerra Fría.
El fin de la alianza como la conocemos
La nueva NSS de Trump no solo devalúa a Europa como socio, sino que la trata como un adversario ideológico. Rusia, por el contrario, no es definida como un adversario y se eluden las críticas a su régimen. La prioridad es la relación de gran potencia con Moscú, mientras que los aliados europeos son criticados por sus “expectativas irreales” en Ucrania. La NSS se opone explícitamente a la política de puertas abiertas de la OTAN, cerrando la puerta a futuras ampliaciones.
El mensaje para Europa es, por tanto, brutalmente directo: “Asumid una responsabilidad mucho mayor por vuestra propia seguridad, abordad los desequilibrios comerciales e industriales percibidos y preparaos para un papel de Estados Unidos más limitado y condicional en la defensa europea”, como resume el German Marshall Fund.
Ante esta declaración de guerra ideológica y la amenaza de una intervención directa en sus asuntos internos, los líderes europeos se ven abocados a una reacción. La asunción de que son débiles y maleables puede ser un grave error de cálculo por parte de Washington. La implementación de la NSS podría desencadenar una colisión frontal que ponga fin a la alianza atlántica y acelere de forma dramática la búsqueda de una autonomía estratégica europea en un mundo que, de repente, se ha vuelto mucho más solitario y peligroso.
La máquina de guerra rusa: cómo el Kremlin industrializa el reclutamiento para una guerra de desgaste
Mientras la guerra en Ucrania entra en su cuarto año, la capacidad de Rusia para reponer sus filas a pesar de las asombrosas bajas —estimadas en alrededor de un millón de soldados muertos o gravemente heridos desde 2022— ha desconcertado a los servicios de inteligencia occidentales. Una investigación en profundidad de Politico revela un sistema de reclutamiento industrializado, un “bazar online de cazatalentos freelance” que encuentra constantemente nuevos reclutas, envalentonando a Vladimir Putin en la mesa de negociaciones y generando alarma en las capitales europeas.
Este sistema, lejos de ser una solución improvisada, se ha convertido en una maquinaria de contratación cuasi-comercial. Funciona a través de los más de 80 gobiernos regionales de Rusia, que, presionados por el Kremlin para suministrar mano de obra, compiten entre sí para atraer soldados contratados. Las autoridades regionales contratan agencias de recursos humanos que, a su vez, despliegan reclutadores independientes para anunciar online, seleccionar candidatos y guiarlos a través del papeleo de alistamiento.
La oferta es atractiva para un sector específico de la sociedad rusa. Los anuncios en la aplicación de mensajería Telegram prometen bonos por firmar de hasta 50.000 dólares, una suma que puede cambiar la vida en un país donde el salario medio mensual es inferior a 1.000 dólares. Los incentivos van más allá del dinero: alivio de deudas, guarderías gratuitas para las familias de los soldados y plazas universitarias garantizadas para sus hijos. Los antecedentes penales, las enfermedades e incluso el VIH ya no son descalificaciones automáticas.
“Estas medidas se dirigen a un grupo demográfico específico: hombres socialmente vulnerables. Hombres con deudas, antecedentes penales, poca educación financiera, o aquellos atrapados por microcréditos predatorios. Gente en los márgenes, sin perspectivas.” — Ekaterina Schulmann, politóloga, citada en Politico
Esta estrategia de “menos coerción, más dinero” se formalizó en septiembre de 2024, cuando Putin ordenó que las fuerzas armadas crecieran hasta 1,5 millones de efectivos en servicio activo. El resultado es un flujo constante de nuevos soldados que permite a Rusia sostener lo que el exdirector de la CIA, David Petraeus, describe como “el tipo de campaña costosa y de desgaste que ha caracterizado los combates en Ucrania”.
La capacidad de Rusia para mantener sus niveles de mano de obra en medio de pérdidas masivas en el campo de batalla ayuda a explicar por qué, cuatro años después de la invasión, Putin parece más convencido que nunca de que puede imponer sus términos a Ucrania. En declaraciones a periodistas rusos la semana pasada, Putin dejó claro que la guerra solo terminará si las fuerzas ucranianas se retiran de los territorios que Rusia reclama; de lo contrario, advirtió, Moscú impondrá sus términos “por la fuerza armada”.
El éxito de esta maquinaria de reclutamiento no solo prolonga la guerra en Ucrania, sino que también plantea una pregunta inquietante para Europa: ¿qué podría hacer el creciente ejército ruso a continuación? La industrialización del reclutamiento ha creado una nueva realidad estratégica que los líderes occidentales apenas comienzan a comprender.
Venezuela: Al borde del abismo
La situación en Venezuela ha experimentado una escalada dramática. La administración Trump parece decidida a forzar un cambio de régimen, desplegando aproximadamente el 15% de la Armada estadounidense en la región, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford y más de 10.000 efectivos. Desde septiembre, se han atacado más de 20 embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico, con un saldo de al menos 87 muertos. El 15 de octubre, el presidente Trump autorizó operaciones de acción encubierta y ha amenazado con ataques terrestres “muy pronto”.
En una entrevista con el presidente del CFR, Michael Froman, el ex enviado especial para Venezuela, Elliott Abrams, defiende la necesidad de un cambio de régimen, argumentando que es “la única vía posible en Venezuela”. Abrams propone una serie de ataques a distancia para destruir la fuerza aérea y la infraestructura del narcotráfico, sin necesidad de desplegar tropas terrestres. Sostiene que, a diferencia de Irak o Libia, Venezuela tiene una tradición democrática y una fuerte oposición que podría sostener un nuevo gobierno. Sin embargo, la posibilidad de una intervención militar directa plantea serios interrogantes sobre el riesgo de una crisis humanitaria y una mayor desestabilización regional.
Lo que se susurra en los Círculos
El mundo del espionaje ha estado particularmente activo esta semana, con varias revelaciones que apuntan a una intensificación de la guerra encubierta entre potencias.
•Putin nombrado en un ataque en el Reino Unido: Según el último boletín de SpyTalk, el nombre de Vladimir Putin ha sido vinculado a un ataque en territorio británico, aunque los detalles específicos aún no se han hecho públicos. Esta acusación, de confirmarse, elevaría significativamente la tensión entre Londres y Moscú.
•Rusia apunta a Alemania: La misma fuente informa que Rusia ha intensificado sus operaciones de influencia y espionaje en Alemania, en un intento de desestabilizar al gobierno y socavar el apoyo a Ucrania.
•El estado mental de Trump: SpyTalk también dedica un artículo a analizar el estado mental del presidente Trump, describiendo un comportamiento errático que incluye “insultos, noches en vela, furia xenófoba, políticas en zigzag y perdones descabellados”. El análisis traza un paralelismo con el Káiser Guillermo II, sugiriendo que la impulsividad del presidente podría tener consecuencias impredecibles en la escena mundial.
Diplomacia en movimiento
•Cumbre Xi-Macron: En un movimiento diplomático poco ortodoxo, el presidente francés Emmanuel Macron y el líder chino Xi Jinping celebraron una cumbre que, según los analistas, resultó en “victorias simbólicas” para ambos. Mientras Macron busca posicionar a Francia y a Europa como un actor autónomo en la escena global, Xi aprovecha la oportunidad para profundizar las brechas en el bloque occidental.
•Crisis en las Américas: La X Cumbre de las Américas, que debía celebrarse en la República Dominicana, ha sido pospuesta indefinidamente. Según Foreign Policy, este hecho subraya una dura realidad: “Estados Unidos ya no puede hablar con sus vecinos”. La decisión refleja la creciente desconfianza y el resentimiento en América Latina hacia la política exterior de Washington.
Noticias breves
•Hamas, dispuesto a negociar: Un alto funcionario de Hamás ha declarado que el grupo está dispuesto a discutir un “congelamiento o desarme” de su ala militar como parte de un acuerdo de paz a largo plazo, según informa Politico. Esta declaración podría abrir una nueva, aunque difícil, vía para la resolución del conflicto en Gaza.
•Sanciones a Rusia: The Economist informa que las sanciones estadounidenses están empezando a ejercer una presión significativa sobre la economía rusa. Los buques griegos, que antes transportaban gran parte del petróleo ruso a la India, están evitando este comercio, lo que obliga a Moscú a buscar alternativas más costosas.
Agenda de la próxima semana
•9 de diciembre: Aniversario de la caída del régimen de Assad en Siria. Se esperan manifestaciones y declaraciones oficiales.
•10 de diciembre: Reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. Se espera que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. y la situación en Ucrania dominen la agenda.
•12 de diciembre: Publicación del informe mensual de la AIE sobre el mercado del petróleo. Se espera que el informe arroje luz sobre el impacto de las sanciones a Rusia.





