RESUMEN EJECUTIVO
La semana del 20-27 de julio de 2025 ha revelado tres tendencias fundamentales que están redefiniendo el orden geopolítico global:
Primero, estamos presenciando una fragmentación de la verdad donde las narrativas políticas oficiales divergen sistemáticamente de las evaluaciones técnicas profesionales. Esta fragmentación no es meramente doméstica; tiene implicaciones globales para la capacidad del sistema de alianzas occidentales de evaluar amenazas de manera precisa.
Segundo, China está ejecutando una estrategia de reconfiguración asimétrica que privilegia la infiltración tecnológica sobre la diplomacia tradicional. Mientras Occidente se enfoca en alianzas formales y declaraciones públicas, China está construyendo dependencias tecnológicas que podrían ser más duraderas y efectivas que cualquier tratado.
Tercero, estamos entrando en una era de autoritarismo tecnológico donde el control de infraestructuras críticas y capacidades de inteligencia artificial está redefiniendo fundamentalmente la naturaleza del poder estatal. Esta transformación está ocurriendo más rápido que la capacidad de las instituciones democráticas para adaptarse.
Estas tendencias convergen en un momento de particular vulnerabilidad para el orden liberal internacional. La combinación de fragmentación institucional interna, competencia tecnológica asimétrica y erosión de marcos regulatorios democráticos está creando un entorno geopolítico fundamentalmente inestable.
Para los profesionales de relaciones internacionales, diplomacia y empresarios, esto significa que los marcos analíticos tradicionales están volviéndose insuficientes. El futuro pertenecerá a quienes puedan navegar exitosamente la intersección entre tecnología, poder y legitimidad política en un mundo donde las reglas del juego están siendo reescritas en tiempo real.
TITULARES PRINCIPALES
El hambre como arma: anatomía de una catástrofe humanitaria anunciada - Cómo las políticas devastadoras aún tienen praxis en un contexto bélico en pleno siglo XXI
La gran reconfiguración: por qué China no corteja a Europa (y por qué debería preocuparnos) - Análisis de la paradoja estratégica china en momento de vulnerabilidad transatlántica
Cuando la política devora la inteligencia: la crisis de credibilidad del aparato estadounidense - Examen de la politización sistemática de las agencias de inteligencia y sus consecuencias globales
Autoritarismo tecnológico: la nueva frontera del poder en el siglo XXI - Exploración de cómo la tecnología redefine las herramientas del control estatal y la competencia geopolítica
El hambre como arma: anatomía de una catástrofe humanitaria anunciada
En el verano de 2025, mientras el mundo debate sobre competencia tecnológica y realineamientos geopolíticos, una tragedia humanitaria de proporciones históricas se desarrolla ante nuestros ojos en Gaza. No se trata de una crisis accidental, sino de lo que el historiador económico Adam Tooze denomina con precisión devastadora: "murder not crisis"—asesinato, no crisis.
Los números que definen una catástrofe
Las cifras que emergen de Gaza esta semana son tan brutales como precisas. Según UNICEF, 21 niños han muerto por desnutrición y inanición solo en julio, mientras que la organización estima que un millón de niños—la mitad de la población infantil de Gaza—están ahora en riesgo de inanición. El director del hospital Al-Shifa reportó que cinco niños murieron en una sola semana por desnutrición severa, a pesar de todos los esfuerzos médicos.
Como documenta meticulosamente Tooze en su análisis Chartbook 400, lo que distingue a Gaza de otras crisis alimentarias globales no es la escala—hay 152 millones de personas en riesgo de hambruna mundial—sino la naturaleza deliberada de la política que la causa. Mientras que en Sudán, Myanmar o Haití la hambruna resulta de guerras civiles, colapso estatal o anarquía, en Gaza es el producto calculado de decisiones tomadas por un estado soberano y próspero.
La excepcionalidad de la hambruna planificada
El análisis de Tooze revela una verdad incómoda que los eufemismos diplomáticos intentan ocultar: Gaza representa el único caso contemporáneo donde un estado desarrollado, miembro de la OCDE, utiliza sistemáticamente la inanición como instrumento de política. Las "operaciones militares prolongadas y a gran escala" que menciona pudorosamente el informe FAO/WFP son, en realidad, el bloqueo deliberado de suministros alimentarios por parte de Israel.
La sofisticación de esta estrategia es lo que la hace particularmente siniestra. Como señala el experto en hambrunas Alex de Waal en The Guardian, los "puntos de alimentación" israelíes no son operaciones humanitarias sino "trampas mortales" diseñadas para crear una coartada. "Es como alimentar peces hambrientos arrojando migajas desde el borde de un estanque", explica de Waal. "¿Quién consigue comer realmente?"
El silencio cómplice de Occidente
Lo que hace aún más perturbadora la situación es la respuesta de las democracias occidentales. Mientras políticos estadounidenses y europeos expresan estar "preocupados" por las imágenes de niños palestinos muriendo de hambre, continúan proporcionando el apoyo militar y político que hace posible esta política.
Como observa Tooze con amargura académica, el establishment político occidental "no se atreve a decir en voz alta lo que el periódico israelí Haaretz dice todos los días en sus titulares": que se trata de una política deliberada de inanición. Esta disonancia cognitiva—expresar preocupación mientras se facilitan los medios para continuar la política—revela la bancarrota moral de gran parte del liderazgo occidental.
Perspectivas desde el Sur Global
Las fuentes del Sur Global que hemos consultado ofrecen una perspectiva radicalmente diferente. Para medios como Al Jazeera, la crisis de Gaza no es una anomalía sino la manifestación más extrema de patrones coloniales que persisten en el siglo XXI. "Israel está utilizando métodos que creíamos superados desde las hambrunas coloniales del siglo XIX", comenta un editorial de The Hindu.
Esta perspectiva contrasta marcadamente con la cobertura occidental, que tiende a tratar la hambruna como un "efecto colateral" lamentable en lugar de reconocerla como una estrategia deliberada. Como señala un análisis de CIDOB, esta diferencia de marcos interpretativos refleja divisiones más profundas sobre cómo el Sur Global percibe las acciones de Occidente en general.
Las implicaciones sistémicas
La crisis de Gaza tiene implicaciones que trascienden el conflicto palestino-israelí. Como argumenta Tooze, estamos presenciando el uso de la hambruna como arma por parte de un estado que se considera parte del "mundo libre" y que recibe apoyo incondicional de las principales democracias occidentales.
Esto establece precedentes peligrosos. Si un estado puede utilizar la inanición sistemática como herramienta política mientras mantiene su estatus en la comunidad internacional, ¿qué impide que otros estados adopten estrategias similares? La normalización de la hambruna como instrumento de guerra por parte de democracias occidentales erosiona fundamentalmente las normas humanitarias internacionales.
El colapso del orden humanitario
Lo que estamos presenciando en Gaza, en palabras de CIDOB, es más que una tragedia humanitaria: es el colapso del orden humanitario internacional construido después de la Segunda Guerra Mundial. Cuando Raphael Lemkin acuñó el término "genocidio", lo hizo precisamente pensando en el uso deliberado de la hambruna como arma, basándose en la experiencia de la ocupación nazi de Polonia.
Como documenta de Waal, la hambruna deliberada fue posteriormente marginada en nuestra comprensión del horror del siglo XX, pero Gaza la devuelve al centro del escenario. La diferencia es que ahora es ejecutada no por regímenes totalitarios aislados, sino por un estado que cuenta con el apoyo activo de las principales democracias mundiales.
Hacia un nuevo paradigma de responsabilidad
La crisis de Gaza exige un replanteamiento fundamental de cómo entendemos la responsabilidad internacional. No basta con expresar "preocupación" mientras se proporcionan los medios para continuar políticas genocidas. Como argumenta Tooze, necesitamos llamar a las cosas por su nombre: lo que está ocurriendo en Gaza es asesinato sistemático mediante inanición, no una "crisis humanitaria" abstracta.
La pregunta que define nuestro momento histórico es simple: ¿permitirá la comunidad internacional que la hambruna deliberada se normalice como instrumento de política estatal? La respuesta a esta pregunta determinará no solo el futuro de Gaza, sino la viabilidad del orden humanitario internacional en el siglo XXI.
La gran reconfiguración: por qué China no corteja a Europa (y por qué debería preocuparnos)
En una de las paradojas geopolíticas más intrigantes de 2025, China está desperdiciando una oportunidad histórica para reconfigurar el orden occidental. Mientras Europa se encuentra en su posición más vulnerable frente a Estados Unidos en décadas, Beijing permanece sorprendentemente pasivo en el frente diplomático tradicional, optando por estrategias más sutiles pero potencialmente más peligrosas.
La oportunidad perdida
Como analiza Julian Gewirtz, ex-director senior para China y Taiwán en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en Foreign Policy: "Beijing thinks it holds all the cards as Trump attacks allies". Sin embargo, esta confianza puede ser profundamente errónea. Seis meses después del inicio del segundo mandato de Trump, las relaciones transatlánticas atraviesan su peor momento desde la crisis de Suez de 1956.
Las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos continúan estancadas más allá de la fecha límite inicial del 9 de julio, mientras Trump amenaza con imponer aranceles del 30% a la UE. El desprecio hacia Europa dentro del círculo trumpiano es palpable: como reveló el escándalo "Signalgate", el Secretario de Defensa Pete Hegseth escribió al Vicepresidente J.D. Vance: "I fully share your loathing of European free-loading. It's PATHETIC".
La estrategia asimétrica china
Pero la aparente pasividad china en el frente diplomático tradicional oculta una estrategia mucho más sofisticada y preocupante. Según el análisis de SpyTalk, China ha estado ejecutando una campaña sistemática de infiltración en infraestructuras críticas que podría ser más efectiva que cualquier ofensiva de encanto diplomático.
Susan Miller, ex-jefa de contrainteligencia de la CIA, advierte que "Chinese companies have infiltrated power grids across the U.S., Europe, Africa, and Asia, giving Xi Jinping potential wartime leverage to shut off electricity in key regions". Esta infiltración se logró a través de contratos de infraestructura de bajo costo que los gobiernos occidentales no lograron bloquear hasta recientemente.
El cálculo estratégico de Beijing
La estrategia china revela una comprensión sofisticada de las dinámicas de poder del siglo XXI. Mientras Occidente se enfoca en la diplomacia tradicional y las alianzas formales, China está construyendo dependencias asimétricas que podrían ser más duraderas y efectivas que cualquier tratado.
Esta aproximación refleja lo que podríamos llamar "geopolítica de infraestructura": en lugar de competir en el terreno tradicional de la diplomacia pública, China está creando hechos consumados tecnológicos que serán extremadamente difíciles de revertir. Como señala The Economist en su análisis sobre superinteligencia, estamos entrando en una era donde el control de la infraestructura tecnológica puede ser más importante que el control territorial tradicional.
Las consecuencias para Europa
La pasividad diplomática china hacia Europa, combinada con su agresiva estrategia de infiltración tecnológica, coloca a Europa en una posición particularmente precaria. Por un lado, Europa no recibe el "cortejo" chino que podría ayudarla a equilibrar la presión estadounidense. Por otro lado, se encuentra cada vez más dependiente de infraestructuras que China podría controlar remotamente.
Esta situación es especialmente peligrosa porque Europa carece de la capacidad tecnológica independiente para contrarrestar la infiltración china. A diferencia de Estados Unidos, que al menos mantiene capacidades tecnológicas propias (aunque también vulnerables), Europa se encuentra atrapada entre dos superpotencias tecnológicas sin herramientas propias suficientes.
El nuevo tablero geopolítico
Lo que estamos presenciando es la emergencia de un nuevo tipo de competencia geopolítica donde las herramientas tradicionales del poder estatal (diplomacia, comercio, alianzas militares) están siendo complementadas o incluso reemplazadas por formas más sutiles de control e influencia.
China no necesita "cortejar" a Europa en el sentido tradicional porque está construyendo formas de dependencia que trascienden las alianzas políticas. Cuando controlas la infraestructura eléctrica de un país, las declaraciones diplomáticas se vuelven secundarias.
Implicaciones para el orden global
Esta reconfiguración silenciosa tiene implicaciones profundas para el orden internacional. Estamos transitando de un mundo donde el poder se ejercía principalmente a través de instituciones formales y alianzas declaradas, hacia uno donde el control de infraestructuras críticas puede ser más determinante que los tratados internacionales.
Para Europa, esto significa que su tradicional estrategia de equilibrio entre grandes potencias puede estar volviéndose obsoleta. En un mundo donde China puede potencialmente "apagar las luces" sin declarar la guerra, las nociones tradicionales de soberanía y autonomía estratégica requieren una redefinición fundamental.
La gran reconfiguración no está ocurriendo en las salas de conferencias diplomáticas, sino en los cables subterráneos y las redes eléctricas. Y en esta nueva forma de competencia, China parece estar varios pasos adelante.
Cuando la política devora la inteligencia: la crisis de credibilidad del aparato estadounidense
Una de las revelaciones más preocupantes de la semana ha sido la creciente evidencia de que el aparato de inteligencia estadounidense está experimentando una crisis de credibilidad sin precedentes. No se trata simplemente de disputas políticas normales, sino de una fractura fundamental entre la evaluación técnica profesional y las narrativas políticas requeridas.
La brecha Irán: narrativa vs. realidad
El caso más ilustrativo es la disparidad entre las afirmaciones oficiales sobre los daños causados a las instalaciones nucleares iraníes y las evaluaciones técnicas reales. Mientras el Presidente Trump afirma que los ataques aéreos "completely and totally obliterated" el programa nuclear iraní, la evaluación de inteligencia cuenta una historia muy diferente.
Según el análisis de SpyTalk basado en reportes de NBC News, The New York Times y The Washington Post, de las tres instalaciones de enriquecimiento bombardeadas en junio—Natanz, Isfahan y Fordow—solo Fordow fue "mostly destroyed" con operaciones probablemente retrasadas por al menos dos años. Los otros dos sitios, también enterrados profundamente bajo tierra, no sufrieron daños tan severos y podrían estar operativos nuevamente en cuestión de meses.
Esta disparidad no es meramente técnica; revela una fractura sistémica en la relación entre la evaluación profesional de inteligencia y las necesidades narrativas políticas.
Las purgas sistemáticas
La politización del aparato de inteligencia se ha manifestado en una serie de purgas que van más allá de los cambios normales de administración. El caso de James Clapper es particularmente revelador: el ex-Director de Inteligencia Nacional fue vetado a la asistencia de la ceremonia de graduación de la CIA de Susan, un perro detector de bombas Labrador Retriever que él patrocinó y nombró en honor a su difunta esposa.
Como reporta The Atlantic, aunque el evento era no clasificado y abierto a invitados, Clapper fue desinvitado por orden ejecutiva, supuestamente bajo directiva de Trump. Esta pettiness aparente revela algo más profundo: la extensión hasta la cual consideraciones políticas personales están penetrando en las operaciones más básicas de las agencias de inteligencia.
El caso Susan Miller: profesionalismo vs. lealtad
Quizás el ejemplo más significativo es el de Susan Miller, ex-jefa de contrainteligencia de la CIA y autora principal del reporte de la agencia sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. Miller calificó la producción y publicación del análisis crítico de su trabajo por parte del Director de la CIA John Ratcliffe como un movimiento "100 percent" político diseñado para apaciguar a Trump.
"He's doing Trump's bidding to go after those of us who dared to write a report that simply said the Russians tried to influence the election towards Trump", declaró Miller a Jeff Stein y Michael Isikoff de SpyTalk. Contradictoriamente a las afirmaciones de Ratcliffe, Miller insistió que no hubo presión del entonces Director John Brennan para influir en las conclusiones de su equipo.
Tulsi Gabbard: la dimensión religiosa del autoritarismo
Pero quizás el desarrollo más preocupante es la evolución de la Directora de Inteligencia Nacional Tulsi Gabbard hacia un discurso que combina ataques al "deep state" con lenguaje religioso nacionalista. En su discurso del 12 de julio en Turning Point USA, Gabbard no solo atacó al aparato de inteligencia profesional, sino que enmarcó su misión en términos explícitamente religiosos.
"We have to expose their tactics and the playbook of the deep state so that we, the people, can make sure this never happens again", declaró Gabbard, utilizando el lenguaje característico de regímenes autoritarios que desmantelan controles internos en nombre de la lucha contra la "deslealtad".
Más preocupante aún, Gabbard comenzó a enmarcar su trabajo como "being of service to God's children" y describió sus luchas recientes como una batalla espiritual, citando Isaías 6:8: "Here I am, Lord, send me". Como miembro de la fe hindú, su adopción del lenguaje evangélico cristiano parece calculada para apelar a la base nacionalista cristiana de Trump.
Las consecuencias sistémicas
Esta crisis de credibilidad tiene implicaciones que van mucho más allá de la política doméstica estadounidense. Los aliados de Estados Unidos dependen fundamentalmente de la inteligencia estadounidense para sus propias evaluaciones de amenazas y toma de decisiones estratégicas.
Cuando el aparato de inteligencia estadounidense se politiza hasta el punto donde las evaluaciones técnicas profesionales son subordinadas a las necesidades narrativas políticas, la capacidad de todo el sistema de alianzas occidentales para evaluar amenazas de manera precisa se ve comprometida.
El precedente histórico
Aunque las tensiones entre líderes políticos y profesionales de inteligencia no son nuevas, la extensión y sistematicidad de la politización actual es sin precedentes en la era moderna. Incluso durante la era McCarthy o las controversias de la Guerra de Vietnam, se mantuvo un núcleo de profesionalismo técnico que ahora parece estar bajo asedio directo.
La combinación de purgas personales, presión narrativa y la introducción de lenguaje religioso-nacionalista en el liderazgo de inteligencia sugiere una transformación cualitativa del aparato de inteligencia estadounidense hacia algo más parecido a los servicios de inteligencia de regímenes autoritarios.
El costo global
Para el orden internacional, esto significa que una de las capacidades más importantes de Estados Unidos—su habilidad para generar evaluaciones de inteligencia técnicamente precisas y políticamente independientes—está siendo erosionada desde adentro. En un mundo donde China está ejecutando estrategias sofisticadas de infiltración y Rusia continúa sus operaciones de desinformación, la degradación de la capacidad analítica estadounidense representa una vulnerabilidad estratégica de primer orden.
La crisis de credibilidad del aparato de inteligencia estadounidense no es solo un problema doméstico; es una crisis del sistema de seguridad occidental en su conjunto.
Autoritarismo tecnológico: la nueva frontera del poder en el siglo XXI
La convergencia entre el desarrollo tecnológico acelerado y las tendencias autoritarias está creando nuevas formas de poder estatal que trascienden las categorías tradicionales de análisis político. La semana del 20 al 27 de julio ha proporcionado evidencia clara de que estamos entrando en una era donde la tecnología no es simplemente una herramienta del poder, sino que está redefiniendo fundamentalmente la naturaleza del poder mismo.
La carrera sin regulación
The Economist captura perfectamente esta dinámica en su análisis "AI labs' all-or-nothing race leaves no time to fuss about safety". La carrera hacia la superinteligencia artificial se ha convertido en una competencia existencial donde las consideraciones de seguridad son sistemáticamente subordinadas a la velocidad de desarrollo.
Esta dinámica no es meramente comercial; tiene implicaciones geopolíticas profundas. Como señala el análisis sobre "The economics of superintelligence", estamos aproximándonos a un punto de inflexión donde el control de la inteligencia artificial avanzada podría determinar la jerarquía global de poder de manera más decisiva que las capacidades militares o económicas tradicionales.
Infraestructura como arma
Pero la dimensión más inmediata del autoritarismo tecnológico se manifiesta en el uso de infraestructuras críticas como herramientas de control y coerción. El análisis de SpyTalk sobre la infiltración china en redes eléctricas globales revela una estrategia que va mucho más allá de la competencia comercial tradicional.
Según Susan Miller, ex-jefa de contrainteligencia de la CIA, empresas chinas han infiltrado redes eléctricas en Estados Unidos, Europa, África y Asia, otorgando a Xi Jinping "potential wartime leverage to shut off electricity in key regions". Esta capacidad representa una forma completamente nueva de proyección de poder: la habilidad de paralizar sociedades enteras sin disparar un solo tiro. A muchos españoles podría recordarnos eventos no muy lejanos.
Control político interno
Simultáneamente, estamos presenciando cómo las tecnologías de vigilancia y control se están utilizando para purgas políticas internas. El caso de Tulsi Gabbard despidiendo al oficial de la Ley de Libertad de Información que filtró el memo sobre Venezuela ilustra cómo las herramientas tecnológicas de monitoreo se están utilizando para identificar y eliminar "deslealtad" dentro del aparato estatal.
Esta convergencia entre capacidades tecnológicas avanzadas y tendencias autoritarias está creando lo que podríamos llamar "autoritarismo de precisión": la habilidad de ejercer control político con una granularidad y efectividad sin precedentes.
La dimensión religiosa-tecnológica
Uno de los desarrollos más inquietantes es la manera en que líderes autoritarios están comenzando a enmarcar el control tecnológico en términos religiosos o cuasi-religiosos. El discurso de Gabbard en Turning Point USA, donde describió su trabajo como "being of service to God's children" y enmarcó las luchas políticas como batallas espirituales, sugiere una fusión peligrosa entre fervor religioso y poder tecnológico.
Esta dimensión religiosa del autoritarismo tecnológico no es accidental. Cuando las herramientas de control se vuelven tan poderosas que pueden determinar el destino de sociedades enteras, la tentación de justificar su uso en términos de mandato divino se vuelve casi irresistible.
La asimetría global
Lo que hace particularmente preocupante esta tendencia es la asimetría fundamental en capacidades tecnológicas entre diferentes actores globales. Mientras China y Estados Unidos desarrollan capacidades de autoritarismo tecnológico cada vez más sofisticadas, la mayoría de los países—incluyendo las democracias europeas—se encuentran en una posición de dependencia tecnológica que los hace vulnerables a formas de coerción que no existían hace una década.
Europa, en particular, se encuentra atrapada entre dos modelos de autoritarismo tecnológico: el modelo chino de control estatal directo y el modelo estadounidense emergente de politización de capacidades tecnológicas. Ninguno de estos modelos ofrece un camino claro hacia la autonomía tecnológica democrática.
Redefiniendo la soberanía
El autoritarismo tecnológico está redefiniendo fundamentalmente el concepto de soberanía nacional. En un mundo donde actores externos pueden potencialmente controlar infraestructuras críticas remotamente, las nociones tradicionales de control territorial se vuelven obsoletas.
Esta nueva realidad requiere una reconceptualización completa de la seguridad nacional. Ya no es suficiente controlar fronteras físicas o mantener capacidades militares tradicionales. La soberanía en el siglo XXI requiere autonomía tecnológica, algo que muy pocos países poseen actualmente.
El futuro del poder
Lo que estamos presenciando es la emergencia de una nueva forma de poder estatal que combina capacidades tecnológicas avanzadas con tendencias autoritarias tradicionales. Esta combinación está creando posibilidades de control y coerción que superan cualquier cosa vista en la historia humana.
La pregunta fundamental no es si esta tecnología será utilizada para propósitos autoritarios—ya lo está siendo—sino si las sociedades democráticas pueden desarrollar marcos institucionales y tecnológicos que les permitan competir sin sacrificar sus valores fundamentales.
La urgencia democrática
Para las democracias, el desafío es doble: deben desarrollar capacidades tecnológicas que les permitan mantener su autonomía estratégica, mientras simultáneamente crean marcos regulatorios que prevengan el uso autoritario de estas mismas tecnologías.
El tiempo para abordar este desafío se está agotando rápidamente. Como muestra la carrera hacia la superinteligencia, las ventanas de oportunidad para establecer marcos regulatorios efectivos se cierran rápidamente una vez que las tecnologías alcanzan ciertos umbrales de capacidad.
El autoritarismo tecnológico no es una amenaza futura; es una realidad presente que está redefiniendo el panorama geopolítico global. La pregunta es si las democracias pueden adaptarse lo suficientemente rápido para preservar tanto su seguridad como sus valores.
LO QUE SE SUSURRA EN LOS CÍRCULOS DE INTELIGENCIA INTERNACIONALES
En los pasillos de Langley, en las oficinas del Pentágono, en los pasillos de Londres o en los Campos Elíseos, esta semana se habla en susurros de algo que va más allá de las operaciones habituales. Los veteranos de la comunidad de inteligencia, esos hombres y mujeres que han dedicado décadas a proteger secretos de estado, observan con creciente inquietud cómo la política devora sistemáticamente las instituciones que una vez consideraron sagradas.
La conspiración Epstein-Mossad: cuando los hedge funds buscan la verdad
El bombazo de esta mañana llegó con una exclusiva de Jeff Stein en SpyTalk: hedge funds conectados a Trump están financiando una investigación privada sobre las supuestas conexiones entre Jeffrey Epstein y el Mossad israelí. La teoría que persiguen es explosiva: que Trump fue víctima de chantaje indirecto por espías israelíes a través de Epstein, no su cómplice.
Un ex-agente federal contratado por estos "hedge funds" (que prefieren mantener el anonimato) está investigando la hipótesis de que Epstein fue financiado por el Mossad para recopilar información comprometedora sobre figuras políticas estadounidenses. La conexión se centraría en Robert Maxwell, padre de Ghislaine Maxwell y reconocido activo del Mossad según el libro "Rise Up and Kill First" de Ronen Bergman.
La investigación cobra relevancia especial después de que el fiscal general adjunto Todd Blanche (ex-abogado personal de Trump) entrevistara a Ghislaine Maxwell durante varios días en una prisión de Florida, sin revelar los temas discutidos ni descartar un posible indulto.
El timing no es casual: coincide con la furia del mundo MAGA por la negativa de la administración a liberar todos los archivos de Epstein, una promesa que Trump había hecho repetidamente. Dan Bongino, subdirector del FBI, amenazó con renunciar cuando la fiscal general Pam Bondi declaró que no tenía archivos de clientes de Epstein después de afirmar que estaban "en su escritorio".
La conspiración Obama: cuando la historia se reescribe en tiempo real
Otro momento singular llegó cuando Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, dejó atónita a una sala llena de reporteros al afirmar desde el podio de la Casa Blanca que funcionarios de la administración Obama "manufacturaron" la inteligencia sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. No solo eso: Gabbard anunció que estaba haciendo una referencia criminal al Departamento de Justicia contra Obama y altos funcionarios de seguridad nacional.
Como documenta Jeff Stein en el nuevo SpyTalk, criminalizar un debate sobre una investigación oficial es "sin precedentes, por no mencionar ominoso". Susan Miller, quien dirigió el análisis de la comunidad de inteligencia sobre las elecciones de 2016, rechaza categóricamente las afirmaciones: "No hubo coerción" de nadie en la administración Obama para inclinar los hallazgos.
El problema, como señala Glenn Kessler del Washington Post, es que Gabbard debe explicar cómo descubrió nueva evidencia que eludió cuatro investigaciones previas: el informe de Mueller de 2019, el informe del inspector general del Departamento de Justicia, el informe bipartidista del Comité de Inteligencia del Senado de 2020, y el informe de John Durham de 2023.
Signalgate: cuando los secretos viajan por WhatsApp
El escándalo que estalló cuando se supo que el secretario de Defensa Pete Hegseth y otros funcionarios de seguridad nacional de Trump compartieron detalles operacionales sobre un ataque aéreo inminente en Yemen a través de Signal tuvo un nuevo giro esta semana. Resulta que la información se originó en un email clasificado como "SECRET/NORFORN", según la oficina del Inspector General del Departamento de Defensa.
Esta revelación contradice las afirmaciones de larga data de la administración Trump de que no se compartió información clasificada durante el escándalo "Signalgate". Como observa un veterano de la NSA: "Estamos viendo la normalización de prácticas que habrían terminado carreras hace una década".
El desmantelamiento de INR: cuando la independencia se vuelve peligrosa
Los jóvenes "slashers" de Trump-DOGE descubrieron recientemente la pequeña (pero distinguida) Oficina de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado. Se avecinan recortes profundos para la mejor pequeña agencia de inteligencia de la que nunca has oído hablar.
Como escribe Ellen McCarthy, quien dirigió INR de 2019 a 2021, "fue la independencia de INR lo que la convirtió en la única agencia de inteligencia que evaluó correctamente que Irak no tenía armas de destrucción masiva en 2002". La reducción del 20% del personal y las transferencias amenazan décadas de análisis claro sobre conflictos desde Vietnam hasta Ucrania.
Espías norcoreanos: la operación más audaz que nadie vio venir
Una mujer de Arizona fue sentenciada esta semana a ocho años de prisión por coordinar una operación norcoreana asombrosa: ayudar a "trabajadores de TI norcoreanos a conseguir empleos en 309 empresas estadounidenses y dos compañías internacionales, incluyendo corporaciones Fortune 500".
Christina Marie Chapman, de 50 años, dirigía una "granja de laptops" desde su casa, alojando computadoras de trabajadores extranjeros para que pareciera que estaban en Estados Unidos. La sofisticación de la operación revela hasta qué punto Pyongyang ha penetrado la economía digital estadounidense.
Irán: de estado umbral a década perdida
Una combinación de los ataques estadounidenses e israelíes del mes pasado en las instalaciones nucleares de Irán y el asesinato de sus principales científicos armamentistas han aplastado su capacidad de construir una bomba en el corto plazo. Según David Ignatius del Washington Post, "Irán ya no es un estado nuclear umbral".
Una fuente israelí bien informada le dijo que Irán ahora requeriría al menos uno o dos años para construir un arma nuclear disponible, asumiendo que pudiera ocultar sus actividades de alguna manera. La evaluación marca un cambio dramático en las proyecciones de inteligencia.
La muerte de una leyenda: Sandy Grimes
La legendaria cazadora de topos de la CIA Sandy Grimes ha fallecido a los 80 años. Grimes fue miembro clave del equipo CIA-FBI que descubrió al traidor Aldrich Ames en sus filas. Su muerte marca el fin de una era en la que la caza de topos era tanto arte como ciencia.
Lo que viene: cuando la política devora la verdad
La pregunta que se susurra en los pasillos de poder es simple pero aterradora: ¿qué pasa cuando las agencias de inteligencia se convierten en instrumentos de venganza política en lugar de protectores de la seguridad nacional?
DIPLOMACIA EN MOVIMIENTO
Conversaciones de alto el fuego Tailandia-Camboya
ÚLTIMA HORA: Tailandia y Camboya iniciaron conversaciones de alto el fuego en Malasia para poner fin a los enfrentamientos más mortíferos en más de una década entre los vecinos del Sudeste Asiático. Las conversaciones están siendo organizadas por Malasia, presidente del bloque regional ASEAN. Más información del conflicto, en nuestro último artículo.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, y el ministro de Relaciones Exteriores Maris Sangiampongsa partieron hacia Malasia desde Bangkok para las negociaciones. Los enfrentamientos, que se extienden ya a un quinto día, han resultado en más de 32 muertos y 135,000 desplazados, centrados en disputas fronterizas alrededor del templo Ta Muen Thom.
Operaciones Gaza suspendidas temporalmente
El ejército israelí anunció que cesaría temporalmente las operaciones en partes de Gaza para permitir la entrada de ayuda humanitaria, en lo que parece ser una respuesta a la presión internacional creciente sobre la crisis humanitaria en el territorio.
Negociaciones UE-EE.UU.: el acuerdo que nadie quería
ÚLTIMA HORA: Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo comercial marco este domingo que establece un arancel del 15% sobre la mayoría de bienes europeos, evitando una guerra comercial que habría afectado a casi un tercio del comercio global.
El anuncio llegó después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajara para conversaciones con Trump en su campo de golf en Escocia occidental. "Creo que este es el acuerdo más grande jamás hecho", declaró Trump tras una reunión de una hora.
El acuerdo incluye 600 mil millones de dólares en inversiones de la UE en Estados Unidos y 750 mil millones en compras europeas de energía estadounidense durante el segundo mandato de Trump. Aunque el arancel del 15% es mejor que el 30% amenazado, representa una derrota para las ambiciones europeas iniciales de un acuerdo "cero por cero".
El acero y aluminio mantendrán aranceles del 50%, aunque von der Leyen indicó que serían reducidos y reemplazados por un sistema de cuotas. El euro subió 0.2% contra el dólar tras el anuncio, mientras que el canciller alemán Friedrich Merz celebró que se evitara un conflicto que habría golpeado duramente la economía exportadora alemana.
NOTICIAS BREVES RELEVANTES
Irán: Ejecutó a dos miembros del MEK (Mujahedin-e Khalq), grupo de oposición prohibido, por atacar "instalaciones administrativas, centros educativos y de caridad".
Ciberseguridad: Allianz Life reportó que la información personal de la mayoría de sus clientes fue robada en un ciberataque masivo, destacando la vulnerabilidad continua de infraestructuras financieras.
Siria: El político sirio Ghiath Naisseh afirmó que el país ha entrado en una nueva fase de declive político y social, calificando al gobierno interino sirio como "la última esperanza".
Ucrania: Analistas rusos describen cómo "la guerra de Biden se convierte en la guerra de Trump", sugiriendo una transición en la narrativa del conflicto.
Bangladesh: Los "Bangla Teslas" (e-rickshaws) están saturando las ciudades bangladesíes, representando una forma de innovación tecnológica adaptada a economías emergentes.
AGENDA DE ESTA SEMANA
Estados Unidos: Continuación de briefings del Departamento de Estado sobre política exterior de Trump a 6 meses
Unión Europea: Posibles desarrollos en negociaciones comerciales con Estados Unidos tras vencimiento de fecha límite
Irán: Monitoreo de capacidades nucleares reales post-ataques aéreos
Tailandia-Camboya: Inicio de conversaciones de alto el fuego mediadas por Estados Unidos
Tecnología: Desarrollos en carrera de superinteligencia artificial y marcos regulatorios
Inteligencia: Posibles nuevas revelaciones sobre purgas en aparato de inteligencia estadounidense